En ruta a la superpolicía

Por Ricardo Cortés Chico

rcortes@elnuevodia.com

Esta parte del acuerdo entre el Departamento de Justicia federal y el gobierno busca evitar tragedias como el asesinato de Miguel Cáceres a manos de un policía o las sangrientas manifestaciones que se reportaron en el 2010 frente al Capitolio.

La reforma policiaca que será obligada por el gobierno federal, atiende el asunto en dos vertientes: se ajustarán los protocolos y procedimientos, se reforzará el entrenamiento de los oficiales y se establecerán mecanismos de rendición de cuentas, con los que se adjudicarán responsabilidades a los policías que incumplan con las disposiciones sobre el uso de fuerza. En una entrevista Uno a Uno con El Nuevo Día, el secretario de Justicia explicó varios de los cambios principales para detener este problema policial.

¿Cuál era exactamente la preocupación que tenían ustedes al momento de negociar la parte del acuerdo sobre el uso de la fuerza policiaca? ¿Se extendía más allá de los casos de brutalidad que se han denunciado públicamente?

Nosotros recibimos un acuerdo en diciembre de 2012 que tenía la sustancia de gran parte de las estipulaciones. Lo que hicimos fue añadir muchas de la provisiones que tiene el acuerdo. El uso de la fuerza se trabajó según las denuncias del informe. Se entendió que hubo un uso de fuerza excesivo en el curso ordinario de eventos criminales y en manifestaciones civiles. Ahí es que están los dos principales problemas. Se miró de cerca el uso de las armas. Se establece en qué momento se puede usar el arma según el peligro. También se hicieron cambios en el uso de las unidades tácticas para manejar el control de expresiones multitudinarias.

¿Por qué son mejores los cambios a las unidades operaciones tácticas? ¿Es porque ahora no patrullarán?

Tenemos que preguntarnos cuál es el rol de las unidades tácticas. Esta es una unidad con una selección del personal y entrenamiento muy particulares y los criterios son por el trabajo que hacen. Estas son las unidades que van a las operaciones en las que hay un problema serio de descontrol. La respuesta de ellos, a la que están entrenados, es para escenarios específicos y no es necesario o apropiado para patrullajes o para circunstancias para las que no están equipados o educados. En las manifestaciones pacíficas, por ejemplo, no debe estar la unidad. Es como con la Guardia Nacional. Uno no puede usar la Guardia Nacional para dirigir el tráfico o a dar boletos de tránsito. Ellos no fueron...

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