Sísifo en el Caribe

Por Benjamín Torres Gotay

Su juventud, sin embargo, no le impidió escribir una de las obras cumbres de la literatura universal, el inagotable ensayo 'El mito de Sísifo', también llamado 'Ensayo sobre lo absurdo'.

El título lo toma de la mitología griega, según la cual Sísifo enojó a los dioses por ser demasiado inteligente y fue condenado a vivir empujando una piedra montaña arriba, solo para verla rodar abajo una vez alcanzaba la cima y así empezar otra vez. En 70 frondosas páginas, Camus, quien ganó el premio Nobel de Literatura en 1957, se apoya en el mito de Sísifo para plantear lo absurdo e inútil de todo esfuerzo importante del ser humano.

Parecería casi un sacrilegio usar una obra inmortal de la gran literatura universal como analogía de nuestras vulgares miserias políticas, pero, ya se verá, no es así. El Gobierno del Estado Libre Asociado (ELA), entenderán a continuación, atraviesa en estos momentos un predicamento que hace recordar mucho a Sísifo y su incesante empujar de la piedra.

Un Sísifo en el Caribe del siglo XXI, ya verán.

El ELA tiene una deuda de $70,000 millones, que cuadra casi al centavo con el total de nuestro producto nacional bruto, es decir, con lo que produce nuestra economía anualmente. El Gobierno de Puerto Rico y sus instrumentalidades pagan de esa deuda unos $3,400 millones anuales. Pero esto es solo en intereses. El principal, no se toca. Es decir, aquí se suda y se sangra para pagar a nuestros deudores, pero la deuda no baja ni un centavo.

Como es fácil advertir, en las condiciones actuales esa deuda es imposible de pagar. Somos Sísifo empujando la piedra para verla rodar hacia abajo otra vez continuamente.

Todo lo que hemos sufrido y llorado en los pasados ocho años, todo lo que nos hemos lamentado, por lo que hemos aullado, rasgado vestiduras y rechinado dientes, todo, es por causa de esa deuda. Los $11,000 millones en impuestos con los que nos han golpeado desde el 2006 hacia acá, los miles de despidos de empleados públicos durante el gobierno de Luis Fortuño, las reformas en los retiros de empleados del gobierno central, de los maestros y de los jueces, la venta del aeropuerto, todo eso y más es para poder abonar al interés de la deuda.

Y viene más. Los bonistas, que son los dueños de esa deuda, o sea, de nuestras vidas, ya le pusieron la mira a la Universidad de Puerto Rico (UPR) y a la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE). Las reformas en los sistemas de retiro fueron órdenes directas de ellos y ahora...

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