Sábados gloriosos

Es sábado, las manecillas del reloj casi llegan a las 8:00 de la mañana y ya hay gente frente al 625 de la avenida Ponce de León, en Miramar. En unos minutos abrirá Lucía Patisserie, un adorable rincón que en pocos meses ha logrado cautivar a un público amante de la buena pastelería.

Una vez cruzado el umbral dejas atrás el olor a calle de ciudad para percibir el aroma de dulces recién preparados, hojaldres recién horneados y el aromático expreso.

Lucía Merino y Johan Villafañe han creado este acogedor espacio para una vez a la semana servir a todos los que lleguen hasta allí el fruto de casi 10 años de experiencia de Lucía como “pastry chef”.

Tartas de frutas, profiteroles, eclairs, quiches, pasteles de vegetales y quesos, panecillos, bizcochitos de chocolate y pie de limón, son tan solo algunas de las creaciones que cubren el mostrador que queda al fondo del local.

El camino al éxito de esta pareja ha sido cincelado por la tenacidad, la complicidad, la intuición y la fortuna que llega como resultado del compromiso y el trabajo de excelencia.

Lucía, a pesar de que durante un año estudió psicología, sabía que su verdadera pasión estaba en la cocina. “Soy feliz cuando cocino, esto me llena y me hace feliz”, confiesa.

Una parada técnica en Puerto Rico, antes de emprender viaje a España para seguir explorando el mundo gastronómico, provocó el reencuentro con Johan, un joven amor que de ese momento en adelante se convierte en su fiel colaborador y apoyo incondicional.

De cocina en cocina

Después de estudiar en la escuela culinaria de la Universidad Johnson & Wales, en Miami pasó por las cocinas de diversos restaurantes de la mano de chefs como Frederic Monet y Jordi Valles.

“Fue Jordi Valles quien me impulsó para que viajara a Europa para seguir perfeccionando el oficio. Johan y yo recorrimos parte de Europa y cada vez que veíamos algún negocio que nos gustaba pensábamos en regresar a Puerto Rico para crear nuestra propia empresa”, cuenta.

“Por nuestras mentes pasaron muchas versiones de lo que queríamos que fuera este negocio, pero hubo uno en Barcelona que nos sirvió de guía”, comenta Johan, el aliado de Lucía en este proyecto de vida.

Su regreso a la isla queda pospuesto por una oferta que llega en el 2012 para que Lucía formara parte del equipo y supervisara la cocina de postres del St. Regis, en Bal Harbor. A la par...

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