SABOR BORICUA

Por Andrés O'Neill, Jr.

"Es el único restaurante puertorriqueño en Japón", me dijo. "Y seguramente el único en toda Asia", pensé.

Previo a mi salida hacia Tokio, Negrón, quien vive en Kyoto, me conectó con otro hijo de Corozal, Wilfredo Ramos, quien lleva 10 años en Tokio. Nos reunimos la mañana de mi último día en Japón y luego de mostrarme varios sectores de la ciudad, Wilfredo me llevó a Ramichan Café, como se llama el restaurante. Se llama así porque ese es el apodo que le han dado los japoneses al dueño, el expelotero de Grande Ligas y actual estrella de la pelota japonesa, el venezolano Alex Ramírez. ¿Y por qué comida puertorriqueña cuando él es de Venezuela? Pues porque su esposa Liz es boricua. ¿No se los digo? En cualquier rincón del mundo aparecen boricuas.

El restaurante es de dos pisos y en ambos hay distintas estampas de Puerto Rico: las paredes están decoradas con fachadas del Viejo San Juan, las lozas se asemejan a los adoquines, una esquina recrea una de las cascadas de El Yunque, y el techo de paja de la barra, pudiera ser el de cualquiera de nuestros chinchorros playeros. Hasta tienen un palito de mangó (es artificial, pero lo recrea muy bien).

Pero es la comida lo que mentalmente transporta a uno de Tokio a cualquiera de las buenas fondas que abundan en la Isla. El menú incluye esos esenciales boricuas como pernil, alcapurrias, yuca frita, churrasco, tostones, flan, fricasé de pollo...

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