Sacrificios que pagan dividendos

ZHENGDING, China. - Hace un mes, el ecuatoriano Denis Guillén empacó sus maletas y se trasladó al Centro de Tenis de Mesa de esta ciudad con un solo objetivo: elevar su nivel de juego en un intento de regresar al Equipo Nacional de su país.Guillén estará acuartelado hasta a mediados de diciembre en esta base de entrenamiento, luego de retomar este deporte hace tres meses, tras una ausencia de 12 años. Guillén tiene 34 años y llegó a este país por recomendación de un amigo que pasó por esta instalación."Me apasiona el tenis de mesa y lastimosamente en nuestro país no tenemos una infraestructura ni el orden de entrenamiento que hay aquí. Si uno quiere mejorar, lastimosamente hay que salir del país de uno", compartió Guillén con El Nuevo Día."Es la única forma de mejorar y de tener un mejor nivel. La vida es dura aquí, pero todo sacrificio tiene su recompensa", prosiguió.Guillén es uno de siete tenismesistas extranjeros que actualmente entrena en este centro. Algunos miembros de la selección de Arabia Saudita y otro atleta canadiense también están acuartelados.Cada año, alrededor de 300 atletas del exterior viajan a esta instalación para pulir sus destrezas con la asistencia de entrenadores del centro, dijo la traductora, Julie Xu.Las instalaciones son de primer nivel; desde los dormitorios, la cafetería, el gimnasio y los cuatro salones de entrenamiento con 200 mesas. Los atletas extranjeros entrenan en el salón principal con cerca de 50 mesas. El entrenamiento es arduo, afirmó Guillén. Aquí se entrena de lunes a domingo. De lunes a viernes, las sesiones oscilan entre cinco a seis horas diarias, sin incluir el tiempo en el gimnasio. Hay dos programas que se intercalan al mes. El primero consta de sesiones en la mañana de 8:30 a.m. a 11:30 a.m. y en la...

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