Salas judiciales sensibles
Por Osman Pérez Méndez
osman.perez@gfrmedia.com
"Sí. Hicimos las paces", respondió la víctima a la jueza Ladi Buono de Jesús.
"¿O sea, que usted va a retomar la relación?", preguntó la jueza.
"No, no. Eso se acabó. Estamos separados desde diciembre. Él me pidió perdón", dijo la víctima.
La jueza la miró fijamente. "¿Y no teme que vuelva a suceder otro incidente violento?", volvió la jueza a cuestionar a la mujer.
"No, no creo", dijo la víctima, cuyo comportamiento empezaba a mostrar algo de nerviosismo.
"¿Y usted consultó con alguien esa decisión?", preguntó la jueza Buono, a lo que la víctima contestó que sí.
La jueza hizo una breve pausa. Un profundo y pesado silencio se apoderó de la sala. La víctima pareció tornarse más nerviosa, como si quisiera salir de allí.
"¿Y usted está segura que quiere archivar la orden de protección? ¿Está segura que no teme por su vida?", insistió la magistrada.
Entonces, llegó el punto culminante de esa vista en la sala especializada en casos de violencia doméstica del Tribunal de San Juan, a la que El Nuevo Día tuvo acceso con permiso, pues se trata de procesos que se llevan a cabo en confidencialidad.
"Es que él me dijo que se la quitara (la orden de protección)", admitió la víctima con cierta timidez.
"Ah, pues no. Yo no puedo concederlo", dijo Buono enfática. "No ha lugar".
La víctima también reveló que su agresor la había llevado al tribunal, y para el momento en que la jueza Buono emitía su fallo, el hombre había sido arrestado en la misma corte, ya que en su contra pesaba una orden de arresto.
Este es, apenas, uno de los muchos procesos que ven a diario las tres juezas a cargo de la sala especializada en casos de violencia doméstica del Tribunal de San Juan: Buono, quien ve los casos en su vista inicial (aunque cualquier otro juez puede ver procesos para expedir una orden de protección); la jueza superior Elizabeth Linares Santiago, quien atiende los casos en la vista preliminar; y la jueza Isabel Llompart Zeno, quien, además de ser la administradora del tribunal de la región de San Juan, está a cargo de los juicios en la sala especializada.
Estas salas, según las togadas, se han convertido en una sólida herramienta para que las autoridades enfrenten con mayor efectividad el problema social de la violencia doméstica. Ahora hay cuatro en funciones en San Juan, Bayamón, Arecibo y Utuado, y hay planes de abrir pronto otras en Fajardo y Caguas, con la meta de que todos los tribunales regionales tengan una.
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