'Esto tiene que ser salvaguardado'

El reloj marca las 2:00 de la tarde en punto cuando el maestro Maximiano Valdés aparece, maletín en mano, en el estacionamiento de la Sala Sinfónica Pablo Casals, ubicada frente al Centro de Bellas Artes, en Santurce.Chaqueta bien puesta, el director titular de la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico, estrecha su mano para saludar, y con una sonrisa hace referencia a la hora. "Esa puntualidad americana", expresa casi sorprendido de habernos encontrado a la hora precisa y acordada. Inmediatamente, nos abre las puertas traseras de la Sala Sinfónica, que dan acceso a las oficinas de la Corporación de la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico. Caminamos por un pasillo hasta llegar a un elevador, el cual nos conduce hasta la hermosa Sala Sinfónica.Allí, en un escenario silente y helado, nos sentamos a conversar con el maestro sobre la principal institución musical del país, que celebra este año su 60 aniversario. Nacido en Chile, Maximiano Valdés, llegó a Puerto Rico hace una década con la encomienda y el entusiasmo de continuar elevando el nivel de la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico. Dice que se enamoró del país desde su primera visita y que aceptó el reto de asumir la dirección titular a sabiendas de que sería algo nuevo en su carrera.Ciertamente, han sido muchos y variados los retos que ha tenido el maestro Valdés desde su arribo al país, pues su llegada coincidió con el despunte de la crisis económica que también ha tocado a la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico, que se financia con fondos públicos desde su creación en 1958, cuando el músico y compositor catalán Pablo Casals fundó la institución.Pero a pesar de los escollos, el maestro asegura que hoy la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico se escucha mejor que nunca gracias, principalmente, a la disciplina, seriedad y responsabilidad de los músicos que "tienen un muy alto nivel". Lo que preocupa actualmente al director titular es el impacto que pueda tener en la orquesta los constantes recortes económicos que sigue sufriendo la Corporación de las Artes Musicales (CAM), a la que está adscrita la Corporación de la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico. Este año, por ejemplo, la nómina de la CAM se redujo en un 15%, lo que afecta directamente a los músicos de la orquesta."Seguimos adelante haciendo frente a una situación imprevista en muchos sentidos y estamos todos trabajando para tratar de que el impacto sea el menor posible y mantener claro cuál es nuestro rumbo y cuál es nuestra misión".¿Cuál es ese rumbo y esa misión?—Esto es una orquesta que...

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