Santa Claus se muda a las casas de empeño

Por Andrea Martínez

amartinez@elnuevodia.com

Aunque ya había adquirido un televisor plasma para la madre de sus hijos y había comprado varios juegos de video para los nenes, López separó ayer para su sobrino una consola Play Station 2 a precio de quemazón: $ 39.99.

Pero el artículo le saldrá más barato aún, ya que lo comprará mañana viernes, durante una venta especial en la que le descontarán un 25%.

López, al igual que muchos ciudadanos que buscan estirar el peso en esta temporada, no hizo sus compras en un centro comercial . Consiguió sus gangas en una casa de empeño.

Para él, las tiendas por departamentos en centros comerciales "están demasiado caras".

Entrevistado en el negocio La Familia, de la avenida Piñero, en Río Piedras, López explica que es allí donde suele comprar equipo de música para su trabajo. Eso lo llevó a considerar la casa de empeño como una opción para sus compras navideñas.

Para Andrés González, gerente general de La Familia -que cuenta con cinco tiendas en la Isla-, las ventas durante esta temporada han "superado todas las expectativas y los números del año pasado". No reveló sin embargo cifras de ventas.

¿A qué le atribuye el auge? "La gente está buscando la economía y ahorrarse un peso extra", afirmó González.

Esto, si se miran los números, no debe sorprender. Entre el 2007 y el 2010 el número de casas de empeño en Puerto Rico aumentó en un 40.5%, para un total de 260 establecimientos, según un informe de la Cámara de Representantes.

Para el economista José Alameda, las casas de empeño se han convertido en el sustituto del banco o de las cooperativas, como un recurso para las personas atender situaciones de dificultad económica.

"Yo tengo una riqueza en un plasma, voy a la casa de empeño y lo convierto en dinero", dijo.

Sin embargo, el veterano economista se mostró sorprendido por la tendencia de los ciudadanos a comprar su regalos navideños en las casas de empeño.

"Es un marco nuevo de la economía que no se había visto", dijo Alameda sobre este fenómeno.

Durante el recorrido de ayer, El Nuevo Día también visitó la sucursal de La Familia en Bayamón, donde se topó con un consumidor de edad avanzada que compró un equipo estereofónico en caja por $ 130 para regalarle a su esposa.

"Decidí venir aquí porque se consiguen cosas a buen precio", dijo el cliente quien no quiso ser identificado. Sin embargo, alertó que otras cosas las venden a sobreprecio, por lo...

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