Santiago V. Bobb 1986, 117 D.P.R. 153

AutorDra. Ruth E. Ortega-Vélez
Páginas615-618

Page 615

Privilegios del Estado. Información Oficial.

Hechos: El 13 de febrero de 1984, el periódico El Mundo publicó un artículo de la periodista Maggie Bobb denominado "Vinculan senadores con manejos ADT", que en lo pertinente, imputaba al entonces senador Efraín Santiago haber utilizado sus influencias políticas para sacar provecho personal de fondos para adiestramiento de la Administración de Derecho al Trabajo. El reportaje giraba principalmente en torno a la información recibida por esa periodista de dos personas que oyeron una grabación en poder del Departamento de Justicia. Según las fuentes, la grabación era el resultado de una pesquisa conjunta entre las autoridades locales y federales sobre la malversación de fondos en A.D.T. y fue tomada por un confidente mientras dialogaba con dos participantes del esquema fraudulento en el estado de Florida. Supuestamente, en la conversación se hacía referencia al senador Santiago y a la forma en que como miembro del consejo que asignaba fondos del Plan CETA aprobó algunos fondos a unas corporaciones en las que tenía fuertes intereses, con el objetivo de lucrarse personalmente.

El señor Santiago, su esposa, e hijos, demandaron por libelo a la reportera y al periódico y solicitaron resarcimiento en daños y perjuicios. Alegaron que la noticia era falsa y fue publicada a sabiendas de ello, con malicia y grave menosprecio de la verdad. El periódico contestó la demanda y negó responsabilidad. En el trámite ulterior, los demandantes iniciaron descubrimiento de prueba.

El Lic. Héctor Reichard fue citado a una deposición; la cual se concentró en una entrevista que sostuviera con él la señora Bobb antes de publicar el artículo. En el directo, explicó que ella realmente no le pidió que confirmara la información y que él tampoco tuvo intención de hacerlo o negar su relato. En el contrainterrogatorio señaló que durante la conversación se cubrieron diversos temas. La periodista le mencionó sobre la supuesta grabación, subsiguientemente aludida en el artículo publicado, y lo que a su juicio contenía; no le inquirió si existía o si él conocía esa grabación.

El licenciado Reichard explicó que la señora Bobb le había narrado personalmente lo que subsiguientemente publicó, pero que en dicha ocasión ella no le preguntó, ni tampoco él negó o afirmó, la existencia de la grabación. Indicó que solo se limitó a decirle que era un "buen sabueso" y que debería trabajar para el N.I.E. Los demandados insistieron en la...

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