Seis meses de aciertos y desaciertos

El pasado 13 de marzo, hace justo seis meses, Puerto Rico entró en pánico con la confirmación de los primeros tres casos de COVID-19 en la isla.Fue un resultado esperado como consecuencia de la pandemia que azota fuerte a nivel mundial desde finales de 2019, cuando el coronavirus SARS-CoV-2 surgió en China. Hasta entonces, los esfuerzos del gobierno local por tratar de evitar que la propagación se saliera de control habían sido tímidos, pero cobraron fuerza a partir del anuncio.Un toque de queda, cierres y reaperturas del sector económico, y la clausura y transformación de otras actividades -como las escuelas y universidades que continúan dando clases de forma virtual-, han sido algunas de las medidas impuestas por la administración de turno.Por otro lado, la escasez de pruebas diagnósticas, la falta de estadísticas actualizadas, la tardanza en armar y correr un sistema de rastreo de casos y la doble renuncia del secretario de Salud, Rafael Rodríguez Mercado, y la epidemióloga del Estado, Carmen Deseda, en marzo, cuando los casos comenzaban a asomar, son algunos retos enfrentados."El primer desacierto fue pensar que a Puerto Rico no llegaría el COVID-19 porque no habían vuelos directos de China, (cuando) el virus continúa el viaje con el paciente y no se queda en el país donde hace escala el avión", denunció el doctor Fernando Cabanillas, quien, hace seis meses, luchó para que a un paciente suyo le realizaran la prueba del virus. La muestra dio positivo y el paciente murió.En un análisis sobre el efecto de la pandemia en Puerto Rico, varios expertos identificaron algunos logros y errores en el camino. El doctor Víctor Ramos, presidente del Colegio de Médicos Cirujanos, mencionó que una falla ha sido cómo la salud de muchos se ha deteriorado por no acudir a recibir servicios médicos por temor a contagiarse."Vienen menos pacientes, pero más complicados", dijo, al resaltar que han aumentado las admisiones a unidades de cuidado intensivo.La situación, advirtió el doctor Miguel Colón, ha causado también el agotamiento físico y mental de los proveedores de la salud, así como la preocupación constante por la posibilidad de contagiarse.Además, el infectólogo advirtió que la baja en el censo de hospitalizaciones ha causado el desempleo de muchos proveedores, mientras las facturaciones han bajado por la reducción en los servicios.Sube y bajaPara el doctor Cabanillas, uno de los mayores aciertos ha sido la imposición de medidas para tratar de...

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