Sembrador de oportunidades

"Me ayudó a saber el significado de las cosas". "Nos brindó sabiduría y mucho cariño". "Él aclaró todas mis dudas y resolví todos mis problemas", Estos son algunos de los mensajes de despedida que estudiantes del fenecido maestro Pablo Más Oquendo desplegaron en un árbol confeccionado con hojas de papel de construcción durante su velatorio.Con lágrimas en su rostro y la voz entrecortada, la madre de Más Oquendo, Alicia Oquendo Santiago, relató cómo los alumnos le entregaron ese detalle, en el que su hijo también fue descrito como un maestro "respetuoso", "honesto", "humilde" y "alegre".Más Oquendo falleció, en febrero pasado, en un accidente de tránsito frente al residencial Juana Matos, en Cataño, cuando se dirigía hacia su residencia tras concluir su turno como guardia de seguridad. Se suponía que llegara a alistarse para cumplir poco después sus funciones como maestro de Inglés en la Escuela Superior Francisco Oller."Esa noche, antes del accidente, le cogió un poco tarde y no entró (a despedirse), pero se acercó por la reja y me dijo: ‘Mami es tarde… Bendición. Te quiero mucho’. Me tiró un besito. Le dije que lo cogiera suave. (…) Cuando de madrugada vienen a traerme esa noticia que me destrozó por completo", contó su madre, de 78 años, que también era su vecina en la calle Progreso, en Cataño.El recordado maestro compartía con su mamá todas las noches antes de irse a su segundo trabajo. Tres semanas antes de su muerte, había comenzado un tercer empleo ofreciendo tutorías en horario extendido.Regalaba bicicletas a los niños pobres en Navidad, les compraba comida a sus estudiantes, hacía donaciones en su iglesia y hasta dejaba almuerzos pagos en una cafetería del pueblo para los deambulantes."Me vine a enterar de todas las cosas lindas que hacía mi hijo después que murió porque él las hacía, pero no las decía", contó Oquendo Santiago.Fue policía, militar, pastor en Virginia, guardia, maestro y hasta completó un bachillerato en Información y Periodismo de la Universidad de Puerto Rico."Siempre le gustaron los estudios. Murió a sus 58 años, y diría que la mitad de su vida se la pasó estudiando. Como maestro, llevaba 10 años", indicó la madre del maestro.El salón 27, de la Francisco Oller, todavía tiene los libros de inglés que míster Más, como le llamaban, utilizaba para...

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