Por senderos y patrimonios

Sicilia - Italia

Desde meses antes, con tiempo y calma, estudié las posibles rutas en un mapa, prestando particular atención a los lugares más populares, donde se nos haría más fácil encontrar hoteles. De acuerdo a las distancias previstas andaríamos aproximadamente entre 20 y 45 millas diarias.

En cada lugar posible en el que podríamos pernoctar, anoté los nombres de los hoteles y Bed and Breakfasts disponibles. Así, tendríamos una idea concreta de dónde podríamos estar cada día, siempre manteniendo la flexibilidad de recorrer más o menos distancia, dejando que el viaje mismo dictara nuestro plan diario.

Aterrizamos en Catania -alforjas y casco en mano- el sábado, 30 de abril por la noche, después de hacer escalas en Nueva York y Milán. En nuestro hotel, Romano House (www.romanohouse.com), un sonriente siciliano de nombre Ettore nos esperaba puntualmente con dos bicicletas de paseo rojas equipadas con podómetros, luces y racks trasero para las alforjas, exactamente cómo habíamos reservado por internet.

Su compañía, Rent Bike in Sicily (www.rentbike.it), es una de muchas similares en Europa que alquilan bicicletas para este tipo de viaje. Al decirle nuestra ruta planificada, nos dio recomendaciones muy prácticas. Conocía bien la ruta y la había hecho en bicicleta anteriormente. Nos recomendó, por ejemplo, subir las bicicletas a un tren para salir de Catania y evitar una carretera industrial, muy poco atractiva. Así lo hicimos.

Después de dormir hasta tarde para recuperarnos del jet lag, caminamos por las calles catanesas el Domingo de Ramos y comenzamos lo que se convertiría en una semana de divina gastronomía. Para la cena, Pasta a la Norma, llamada así en honor a la famosa ópera de Bellini, oriundo de Catania; mousse de ricota, y, una botella de Nero D' Avola, vino tinto de la región.

El lunes 2 de abril, tomamos el tren a las 6 de la mañana hasta Augusta, un pueblo a las afueras de Catania y con la salida del sol, comenzamos a pedalear rumbo a Siracusa, cuna del matemático griego Arquímedes y sede del teatro griego más grande en Sicilia.

Almorzamos en el centro histórico en Ortigia, una formidable islita más pequeña que el Viejo San Juan. El menú: sopa de mejillones, gnocchi con mariscos y unas copitas del Nero d' Avola. Para postre, cassata catanesa, una dulce y colorida tarta con crema a base de ricota, frutas y licor; y café.

Paseamos también por el muy activo mercado, donde locales vendían a viva voz sus quesos, pescados, frutas...

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