La sensatez debe regir en la reorganización pública

Los severos señalamientos hechos por el monitor federal Arnaldo Claudio obligan a una revisión profunda del Departamento de Seguridad Pública. A su creación, hace apenas un año, le atribuye una cadena de fallas que han generado incertidumbre, desconfianza y polarización en las filas de la Uniformada.

La conclusión de que el departamento sombrilla se ha constituido en una nueva capa de burocracia debe servir de alerta al gobierno sobre los criterios que rijan sus otros planes de reorganización gubernamental.

Si los esquemas bajo los cuales se realizan las fusiones de las agencias no generan eficiencias en la administración, distribución presupuestaria y prestación de servicios, las reorganizaciones departamentales estarán abocadas al fracaso. De paso, se afectará el plan fiscal a largo plazo y las posibilidades de recuperación de las finanzas públicas del país.

En su carácter de asesor técnico, Claudio reconoció claramente el origen y las consecuencias de las deficiencias que al presente impiden un mejor funcionamiento de la Policía. Indica que uno de los principales escollos emana de la fundación de Seguridad Pública, dirigido por Héctor Pesquera.

En su séptimo informe presentado ante el Tribunal Federal, Claudio indica que la creación del departamento sombrilla ha trastocado la cadena de mando, y restado autoridad, poder decisional y ámbito de acción al comisionado de la Policía. Hasta principios de enero, este cargo fue ocupado por la coronel Michelle Hernández.

En su informe anterior, de agosto del año pasado, Claudio señaló que existe una grave crisis de liderazgo de la Policía que resulta en la desarticulación de sus operaciones. Mencionó, al igual que ahora, las luchas de poder desatadas en los organismos de seguridad y las relaciones de tensión entre sus dirigentes, como problemas que afectan las labores en toda la estructura.

Otros defectos recurrentes en el presente informe incluyen la concesión de ascensos y los traslados sin justificación alguna, la falta de adiestramiento y planes para el manejo de multitudes, cuestionables prácticas para la asignación de tiempo extra y no tomar acciones...

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