'Me sentí bien orgulloso'

En su primera experiencia en el baloncesto de División I de la NCAA, André Curbelo se vio muy bien en televisión nacional en las múltiples veces que apareció junto a la Universidad de Illinois. Demostró liderazgo y soltura dentro del tabloncillo. Y en ocasiones hasta hizo magia con el balón.Sin embargo, el boricua admite que fue un proceso difícil hacer la transición del deporte de escuela superior al universitario, luego de brillar en su primera temporada con el Figthing Illini, conquistando el título de la Conferencia Big Ten por primera vez desde 2005 y llegando hasta la segunda ronda′ del Torneo de Campeonato, antes de ser sorprendidos por Loyola Chicago.Curbelo, de 19 años, terminó su primer año con promedios de 9.1 puntos, 4.2 asistencias y 4.0 rebotes en 21.5 minutos saliendo del banco. Sus números fueron reconocidos con el galardón del Sexto Hombre del Año de la conferencia, además de ser incluido en el equipo ‘All-Freshman’."En televisión se ve lo que uno proyecta, pero fue difícil, fue un proceso que tomó tiempo para adaptarme", declaró Curbelo en entrevista con El Nuevo Día. "Me sentí bien orgulloso por el trabajo realizado", agregó el hijo del excanastero, Joel Curbelo."Esos primeros meses fueron difíciles, adaptarse a las prácticas y al gimnasio, hacerlo todos los días y levantarse temprano. Siempre tener esa mentalidad de que el coach siempre va a querer más. Obviamente, la escuela superior es la escuela superior. Hay límites. Pero en colegial, el coach va a exigir más y fue algo que me ayudó y me encantó", agregó.El vegabajeño, quien estudió en la Long Island Lutheran de Nueva York a nivel intermedia y superior, elevó su nivel de juego en las últimas semanas del torneo, cuando el dirigente Brad Underwood le puso el balón en las manos. En siete de sus últimos 10 encuentros, Curbelo terminó anotando puntos en doble figura, robándose las miradas de los aficionados con sus espectaculares jugadas.El joven no escondía sus emociones en cada momento que anotaba con reacciones eufóricas que le sirvieron de motivación al jugar en canchas vacías debido a las restricciones por la pandemia de COVID-19."No fue fácil. Con el COVID estuvimos encerrados desde que llegamos. No pudimos hacer mucho. Eso es lo que no se ve, tras bastidores. Un año diferente, un año raro. Habrían 15,000...

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