Serrat, hoy es un gran día

IRIS EDÉN SANTIAGO

RELACIONISTA PÚBLICO Y COMUNICADORA

Claro, la esperanza se dio su puesto. Y el ánimo, también. Un diagnóstico de cáncer te cambia la vida y de muchas formas termina la que llevaste hasta el momento en que escuchaste esas terribles dos palabras: tienes cáncer. Aunque inicialmente todo se apaga dentro de ti, el resultado "positivo" no tiene que implicar que todo va a ser negativo.

A pesar de que los miedos y el dolor de los tratamientos, laboratorios constantes, quimioterapias y transfusiones de sangre nunca desaparecen, el cáncer también trae cosas positivas a la vida de un sobreviviente.

Jamás pensé que diría esto. Nací dos veces: una por el zodiaco y otra gracias a la intervención de especialistas del calibre de los doctores Luis Santos Reyes y Segundo Rodríguez Quilinchini.

Estoy agradecida con Dios primero, y con todas las personas que -incluso sin conocerme- me han ayudado, dándome aliento, fuerzas, una sonrisa, una broma y un poquito de paz.

Es duro. Cada día es un milagro. Y ésa es la bendición. Es por eso que celebro la vida. Celebro la de cada sobreviviente y la de todo el que trabaja y apoya a los miles de pacientes de cáncer que siguen dando la pelea.

Celebro que esta enfermedad me obligó a hacer una pausa en la vida tan agitada que tantos llevamos, a veces sin detenernos para apreciar todo lo que tenemos y destronar lo que nunca hizo falta.

Celebro haber conocido personas extraordinarias en el Hospital Oncológico y en el Centro de Cáncer Auxilio Mutuo: enfermeras graduadas como Bobé y Beliza. Personal de apoyo como Margie, Ruthie, Jocelyn, y sin excepción, todo el personal de este Centro de Cáncer, poblado de seres dedicados y comprometidos sin quienes todo sería mucho más difícil.

Celebro la amistad de verdaderas amigos como Gigi, Carmela, Maggie, Cali, Irene y Nilsa, quienes dejaron a un lado sus responsabilidades personales para estar a mi lado todos los días. Fueron ellas quienes corrieron a mi casa cuando empecé a perder el cabello, proceso que me hizo añicos, por qué...

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