Setas de Puerto Rico supera el golpe de María

El sector agrícola de Puerto Rico fue uno de los que más daños sufrió por el paso del huracán María, cuyo impacto se sintió en la interrupción de la producción de muchas agroempresas que, además, tuvieron que incurrir en costosos procesos de recuperación.

Setas de Puerto Rico fue una de las las que no escapó de la furia del huracán. A pesar de que el edificio donde se procesa y empaca el producto resistió las 220 millas por hora de los vientos que se registraron en Aibonito, donde está ubicado, un hecho imprevisto provocó la paralización total de la producción.

“El edificio aguantó. Nosotros tomamos todas las medidas para proteger el edificio, nuestro generador y nuestro camión de los impactos del huracán, pero nunca realmente nos pasó por la mente que nos iba a bajar una montaña, que iba a haber un desprendimiento serio”, relató Rebeca Feliciano, propietaria de la empresa.

Narró que la montaña “se vino abajo” y cuando lograron tener acceso a la finca, encontraron que la montaña que se había derrumbado se había llevado el camión y el generador y al llevarse el generador, colapsó toda la producción, perdiendo así todo el inventario y la cosecha.

Setas de Puerto Rico está de nuevo en el mercado, pero el proceso para lograrlo no fue fácil, requirió de mucho trabajo, inversión y empeño de querer demostrar la fuerza y pujanza del empresario puertorriqueño.

PROCESO AGÓNICO. “La palabra es agonía... estar tres días sin poder saber si habías perdido todo. No había forma de llegar hasta Aibonito, no había comunicación, no nos podíamos comunicar con nadie en Aibonito”, recuerdó Feliciano.

“Al tercer día, a pesar de que la carretera estaba bloqueada, mi esposo logró llegar a Aibonito y llegó hasta la finca para encontrar la destrucción. Fue un impacto tanto estructural y financiero, como emocional. Fue muy duro”, sostuvo.

Ese mismo día, indicó, se comenzó a diseñar el plan de recuperación. La meta era limpiar todo en tres semanas y comenzar la producción en cuatro semanas, a un mes del paso del huracán, para poder tener cosecha para el Día de Acción de Gracias. La cosecha suele demorar 30 días, así que el reto estaba trazado.

Difícil recuperación. Para Feliciano, no fue fácil la recuperación, pues afirmó que no hay forma de hacerlo “cuando todo a tu alrededor es un caos”. “Nadie te puede ayudar, porque las cosas más sencillas se convierten en complicadas”, abundó la empresaria.

La tarea de recuperación se inició con la llegada de los trabajadores...

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