'Hemos sido llamados a servir'

Por Marga Parés Arroyo

Enviada Especial

El médico entra y sale de la sala de operaciones en varias ocasiones para observar unas radiografías que muestran el área a operar, en esencia, una deformidad en el pie izquierdo.

"Le habíamos puesto un metal y ahora tenemos que removerlo para que no le afecte el crecimiento", explicó el doctor Humberto Guzmán.

Pero en la evaluación preoperatoria se identifica un tumor en una de las piernas del pequeño, por lo cual durante la intervención también le removerían el nódulo.

"Esto es bien común aquí en Haití, las deformidades de nacimiento, los tumores, las deformidades residuales del terremoto y las fracturas que no unieron bien. Es que un gran porciento de la población no tiene acceso a cuidados médicos", dijo Guzmán.

Horas antes, el ortopeda, quien preside la Fundación Haití se Pone de Pie, llegó a este país junto a un grupo de ortopedas, técnicos y enfermeras, además de protesistas de la organización Limbs for Haití, organización presidida por Mario García.

Es el viaje número catorce que la delegación boricua realiza después del potente terremoto ocurrido en Haití el pasado 12 de enero de 2010. La ayuda del grupo de puertorriqueños no se hizo esperar y tres días después del sismo ya los boricuas estaban en Haití brindando ayuda, principalmente a las personas que sufrieron amputaciones.

En esta ocasión el grupo de la Fundación Haití se Pone de Pie efectuó veinte operaciones y evaluaron a otros 40 pacientes más durante las clínicas de ortopedia que llevaron a cabo en el Hospital Adventista, en Carrefour. Es en esta clínica donde han concentrado su trabajo en Haití durante los últimos cuatro viajes.

"Hemos notado que la dinámica en el hospital es mucho mejor. Cada vez es más chulo y estamos más entusiasmados porque podemos ser más productivos", dijo Guzmán.

La administración del hospital y los pacientes reconocen su esfuerzo y viajan desde diferentes partes de Haití para ser evaluados por los médicos en los viajes que realizan aproximadamente cada tres meses.

Dentro de las más de 220,000 víctimas fatales del terremoto ocurrido hace ya más de dos años en Haití se encontraba la madre de Bleurya Delfis, una hermosa niña de tres años que el sismo dejó huérfana, pues su padre la abandonó.

Además, el sismo le arrebató a la niña su pierna izquierda, justo debajo de la rodilla, sumergiendo a la pequeña en una confusión pues, a su corta edad, no entendía por qué ya no podía correr.

"Antes se levantaba a caminar y...

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