Un sistema costoso, ineficiente e inhumano

Gregorio Mercado

San Juan

Entonces, si han pasado aproximadamente dos años entre una contabilización y otra, y la reducción es de unos 242 indigentes menos, ¿será que estas personas han muerto, o simplemente las han sacado de las estadísticas para que creamos que se está haciendo algo con ellas?

¿Cómo las contabilizan? Peor aún, ¿qué está pasando con los casi 3,500 que siguen deambulando por las calles del País?

Entiendo que debido a la situación de inestabilidad económica y social por la que atraviesa la Isla, la realidad debe ser otra. No de un aumento significativo de estas personas -o de los pobres y necesitados- pero tampoco de una reducción como señala el Departamento de la Familia.

Sabemos que muchos de los que deambulan piden para satisfacer sus adicciones, otros -que no son adictos pero sí indigentes- piden para poder sobrevivir; para comer, para comprar un medicamento, o simplemente para pagar el cuarto donde malamente pasan la noche.

Digo esto, porque en otro estudio del mismo Departamento de la Familia se enumeran algunas de las causas para que estas personas se mantengan en las calles, entre ellas: el difícil acceso a las viviendas en Puerto Rico, los altos costos de alquiler, las...

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