Soldados de SOLIDARIDAD
Por Luis R. Trelles
Especial El Nuevo Día
Es una de las voluntarias más longevas, con 37 años de servicio. Para doña Iris, son pocas las cosas que no ha hecho en su ministerio de servicio. En esta temporada navideña se le puede encontrar en la salida del Sam's Club de Ponce, donde se entrega al trabajo caritativo con un entusiasmo que desmiente su edad.
"Nos pasamos haciendo el bien todo el año", menciona como para recordar que no solo en Navidad opera el batallón al que pertenece. "Usamos el dinero recolectado para ayudar a pagar la renta de personas necesitadas, las ayudamos con la compra, a pagar la luz, les damos ropa".
A sus 68 años, doña Iris irradia una energía inagotable. Emprendedora, sólida como un roble, sus ojos pequeños y vivarachos auscultan a los compradores que salen de la tienda antes de hacerle el acercamiento. "No pierda la bendición", les dice al acercarse a sus rebosantes carritos de compra. "Coopere con el Ejército de Salvación", añade para completar el estribillo. Es un refrán que lleva repitiendo semanalmente por las últimas tres décadas.
El trabajo de la recolecta se intensifica en la temporada navideña, cuando la generosidad aflora más que en otras épocas. "El puertorriqueño ayuda de verdad", menciona doña Iris. "La gente humilde es la más que da. Los de traje y corbata no dan tanto, porque lo que tienen son tarjetas". Esa es solo una de las muchas observaciones sobre la condición humana que ha recopilado a lo largo de los años.
Pero su entrega va mucho más allá de la campana y las donaciones. Una de las iniciativas que más satisfacción le trae es el Festival de Superación, un evento que organiza anualmente. "Es una actividad que se lleva celebrando por 31 años y tengo el privilegio de dirigir ese programa", dice con orgullo. "Se invita a todos los niños de educación especial. Este año se celebró con 528 niños en Ponce".
Un día normal en su cargada agenda incluye más actividad de lo que mucha gente hace en una semana. Las mañanas se van en visitar hospitales o égidas; las tardes y noches se invierten en la recolección de dinero. Entre una cosa y otra, están la preparación del Festival de Superación y sus labores como secretaria de la Liga de Misericordia del Ejército.
¿De dónde saca las fuerzas para tanto? "Para mí esto es una bendición", afirma con la sonrisa que raras veces desaparece de sus labios. Sobre el proceso de trabajo en las Navidades comenta: "Ya en octubre tengo la ropa y los zapatos preparados. No me...
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