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Solidaridad entre vecinos

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Vincent

FAJARDO.– Desde que el huracán María azotó Puerto Rico hace dos semanas, tres familias viven en una casita que no tiene techo en el sector Juan Diego de este municipio.

Dos de las familias perdieron sus casas completamente y –aunque la tercera familia no tiene con qué cobijarse– vive aún en la estructura de su pequeña residencia en madera, que se ha convertido en el hogar de 14 personas y ocho perritos.

Dentro de la casa, las cosas continúan dañándose. La lluvia no cesa y las aguas del río que recorre la zona montañosa de Fajardo entran a la residencia cada vez que se salen de su cauce. Desde el más grande hasta el más chico de las tres familias hace lo necesario para proteger lo poco que les queda, aunque no es mucho.

“Si esperamos a recibir ayuda, nos morimos acá arriba”, dice Yanitza, una joven que vive en la casa y quien solo se identificó con su primer nombre.

“Acá en la montaña somos los olvidados, los que no reciben agua ni luz hasta que todo Puerto Rico ya tiene. Entonces es que se acuerdan de nosotros”, sostuvo.

Catorce días después del ciclón, los vecinos de Juan Diego afirmaron que nadie había pasado para constatar los daños.

En el sector, no se ha restablecido el servicio de agua potable, y Yanitza y sus nuevos compañeros de hogar se las ingenian para recoger agua de un riachuelo de “Charco Frío” que pasa por el lado de la casa, y la hierven.

Es ese mismo riachuelo el que amenaza con provocar deslizamientos y con dañar las pocas pertenencias que le restan a las familias, pues solo se necesita de una leve llovizna para que se inunde el terreno nuevamente.

En el barrio Paraíso, a cinco minutos de Yanitza, vive don Evelio Caraballo. Allí la oración es la misma: que cese la lluvia para poder conservar, no solo sus pertenencias, sino también su residencia. Caraballo tiene un “familión” viviendo en su casa -también de madera-, pues su cuñada y otros vecinos que perdieron todo encontraron refugio con él.

Mientras, en el sector Maternillo, Carmen Sánchez tardó dos días en entrar nuevamente a su casa. La cantidad de árboles, pedazos...

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