Uno, uno, uno solo

ANTONIO QUIÑONES CALDERÓN

ESCRITOR Y PERIODISTA

A pesar de que con la constitución española de entonces la isla era representada en las cortes españolas por 16 diputados y cinco senadores, nos seguía mandando un gobernador general enviado por la Corona que hacía y deshacía lo que quisiera a su antojo.

El 25 de julio de 1898, en plena función el gabinete autonómico, las tropas del general Nelson Miles desembarcaron por Guánica. Se acabó la Carta Autonómica y se inició la soberanía estadounidense.

El 10 de diciembre de 1898 se firmó el Tratado de París cuyo artículo 2 expuso que "España cede a los Estados Unidos la Isla de Puerto Rico", sin condiciones ni compromisos en torno al futuro político del territorio no incorporado. El artículo 8 dispuso que "los derechos civiles y la condición política de los habitantes de los territorios aquí cedidos a los Estados Unidos se determinarán por el Congreso".

En consecuencia, el Congreso quedó investido de facultades absolutas (omnímodas, se decía entonces) para determinar, para decidir, esto es, el destino político de su territorio a tenor con la constitución de Estados Unidos, cuyo artículo 4 dice taxativamente: "El Congreso queda facultado para disponer del territorio y demás propiedades pertenecientes a los Estados Unidos y hacer respecto de los mismos todos los reglamentos necesarios".

La aspiración de autogobierno bajo la bandera estadounidense se hizo añicos. Nos sigue mandando el Congreso federal.

En 1901 el Tribunal Supremo federal oficializó jurídicamente en uno de los famosos "Casos Insulares" (el de Downes vs. Bidwell) que Puerto Rico "no fue incorporado a Estados Unidos sino que meramente es dependiente de éste". Es decir, Puerto Rico era -como lo es- una posesión de Estados Unidos. Como escribió uno de los jueces en minoría en aquel caso, Melville W. Fuller, Puerto Rico quedó "como una sombra incorpórea en un estado intermedio de existencia ambigua". Así seguimos, puertorriqueños como parias en su propia tierra, digo yo.

A esa humillante situación se refirió Luis Muñoz Marín el 14 de marzo de 1950 cuando testificando ante el Congreso sobre la Ley 600 les dijo a los miembros...

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