“Soy mucho más fuerte de lo que pienso”

Correr 26 millas y 385 yardas, la distancia de una carrera de maratón, es de por sí un gran reto físico y mental. Por eso, al completar la exigente ruta, todos los corredores reflejan en sus rostros el esfuerzo realizado, al tiempo que dibujan una sonrisa por la satisfacción de haber completado la prueba.

Para la trujillana Beverly Ramos, su participación en el Maratón de Nueva York el pasado domingo le trajo múltiples satisfacciones, desde el completar los 42.195 kilómetros sin tener la preparación que hubiera deseado, hasta la de convertirse en otra portavoz para crear conciencia en Nueva York y en toda la nación norteamericana sobre la condición en que quedó la isla tras el paso del huracán María.

“No fue nada fácil. Y no solo en la parte del entrenamiento y en la emocional. La atmósfera cambió por completo a lo que uno estaba acostumbrado a tener y a lo que uno está acostumbrado a controlar, que es lo más importante que hacemos los atletas: tratamos de controlar todas esas variables que nos puedan afectar. Al no poder controlarlas todas, pues desespera un poco, causa ansiedad en ciertos momentos de presión. Es una realidad, no solo para mí, sino para cada persona en sus distintos escenarios de trabajo”, recordó Ramos en entrevista con El Nuevo Día.

“Eso era lo más crucial para mí, poder superar eso. Poder tratar de regresar a la normalidad dentro de lo que tenía accesible y de lo que podía controlar en el día a día”.

Tras el paso de María el pasado 20 de septiembre, Ramos optó por permanecer en la isla para entrenar.

“Esas primeras semanas después de la tormenta fue lo mas chocante. Fue un proceso bien difícil el determinar si iba a continuar la preparación de maratón. Esta preparación la comencé en junio. Fue tan cerca (del maratón) en el momento en que pasó la tormenta que dije ‘¡wow, no puede ser!’ Esa fue la primera reacción de uno, que busca salvarse la vida en el momento de la tormenta, y luego empieza a pensar en tantas cosas que no lo puede ni creer”, añadió. “Esa semana (17 al 23 de septiembre) se supone que compitiera y no pude ni salir del país. Era mi única carrera preparatoria antes del maratón y no la pude tener”.

Pasados los dos primeros golpes (los huracanes Irma, que rozó el norte de la isla el 7 de septiembre, y María, que cruzó la isla de sureste a noroeste el 20 de septiembre), Ramos, como la gran mayoría de los puertorriqueños, se vio privada de cosas básicas del diario vivir, como el agua y el servicio de...

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