Stieg Larsson

Rosa Mercado

Para nosotros los caribeños, Noruega es un país mítico. Sus sistemas de salud y educación son un modelo para el mundo y en algún lugar leí que es el único país que utiliza sus reservas de petróleo para beneficiar a los desposeídos. Así que el mundo entero se ha asombrado de la masacre de Noruega donde han muerto más de 90 personas, hasta ahora a manos de un ciudadano noruego.

Los seres humanos, trigo y cizaña como somos, podemos optar por alimentar nuestra parte de trigo o nuestra parte de cizaña, no importa en qué país nos haya tocado vivir. Dondequiera se cuecen fundamentalistas y con los fundamentalistas, ya sean cristianos, homofóbicos, nazis, antimusulmanes y militantes activos contra la tolerancia de cualquier índole, cualquier cosa puede pasar.

En las novelas de los dos Larsson citados al principio, es interesante destacar que bajo un manto de absoluta normalidad y usando como telón de fondo el país noruego, del que ambos escritores son oriundos, se tejen historias escabrosas, de traición, venganza, tortura y muerte que nos atan a las páginas como un imán.

Son, se sabe, novelas policíacas y en "Los hombres que no amaban a las...

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