Sube el costo del pan, el agua y la vida

Por Ricardo Cortés Chico

rcortes@elnuevodia.com

Aunque todavía no se puede cuantificar cómo esto podría impactar los niveles de inflación, ya hay ciertos atisbos en el mercado que muestran que un alza generalizada de precios está por concretarse.

Antonio Meléndez Vargas, director ejecutivo de la Asociación de Industriales del Pan, explicó que, por ejemplo, las panaderías locales podrían estar aumentando en las próximas semanas el precio de este producto entre 10 y 15 centavos la libra.

Según explicó, se trata de un efecto en cadena, principalmente, por el alza decretada por algunas empresas de gas propano de unos 17 centavos por cada galón (4.2 libras). El gas propano, que se usa para hornear, por ser un derivado del petróleo, fue uno de los productos afectados por el aumento en el arbitrio reductor con el que se busca pagar la deuda de $2,200 millones de la Autoridad de Carreteras y Transporte.

"El precio del pan, si no es algo que está subiendo ahora, en las próximas semanas se concretará", dijo Meléndez Vargas.

Este efecto en cadena se experimenta en casi todos los productos de consumo diario y esporádicos. Por ejemplo, Pedro Rodríguez, propietario del Jardín Esmeralda, explicó ayer que sus suplidores ya le advirtieron que los productos que importan del extranjero sufrirán aumentos de hasta 20%. Parte de ese porcentaje se debe a que tendrá que pagarle al distribuidor un IVU de 7% que antes no presupuestaba para mantener sus inventarios al día.

El aumento en el agua potable también es un golpe directo a su operación. La última factura de agua, necesaria para el riego de las plantas que vende, rondó los $200. Con el aumento impuesto a partir de ayer por la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) la factura, según calculó, podría elevarse a $400.

"Yo voy a tratar de no subir los precios. Estoy negociando con los que me venden los productos para que no me suban tanto el costo. Vamos a ver lo que pasa", dijo Rodríguez mientras trabajaba con unas plantas en un camión de entrega.

La situación se repetía ayer con cada uno de los comerciantes consultados por El Nuevo Día. Zaida Betancourt, codueña de la Ferretería JB en Guaynabo, explicó que la expectativa es que se reduzcan los márgenes de ganancias de su negocio. "¿Hasta qué punto? No hay nada claro aún. Uno absorbe parte, pero todo siempre pasa al consumidor al final de la cadena", dijo Betancourt, tras enfatizar que, por más información que ha procurado, todavía no ha logrado obtener...

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