Sucio difícil

Por Ileana Delgado Castro

idelgado@elnuevodia.com

"He tenido varias novias y una de ellas hasta vivió conmigo por un tiempo. Pero no podía entender que yo estuviera tan pendiente de la limpieza y de que todo en la casa tenía que estar inmaculado. Así que al cabo de unos meses me dijo que no me aguantaba más y me dejó", dice cándidamente el hombre, de 38 años, quien pidió usar un seudónimo.

Por si fuera poco, Tony dice que lleva sus propios utensilios de mesa cuando va a un restaurante y no soporta ver una mancha en un plato o un vaso. Tampoco le gusta saludar con la mano, tocar objetos de uso público, como barandas y sillas, y evita, en la medida que puede, entrar a un baño público.

"Yo acepto que me preocupo mucho por no contagiarme con alguna enfermedad, es algo que no puedo evitar. Mi madre me enseñó, desde muy pequeño, la importancia de la limpieza y de evitar a toda costa el contacto con microbios. Es algo con lo que crecí y para mi es normal, aunque a los demás les parece una exageración", afirma Tony, tras recordar que hace dos años, cuando surgió la epidemia de gripe por el virus A H1N1, iba al trabajo con una mascarilla y tomó todas las medidas necesarias para no contagiarse.

Como Tony, muchas personas viven con el temor a contagiarse con algún microbio o virus y toman medidas extremas que creen son pertinentes para no enfermarse. Son los mismos que tienen una necesidad imperiosa de lavarse las manos constantemente, bañarse, barrer y limpiar todo lo que esté a su alrededor. Son los que también tienen temor a darles la mano a otros o a tocar objetos y hasta sienten asco por las secreciones corporales.

Es lo que se conoce como bacilofobia que, según algunas publicaciones, personalidades como Michael Jackson y Howard Hughes (quien es retratado en la película 'El aviador') lo padecían.

De hecho, según un estudio, una cuarta parte de los estadounidense viaja con su almohada y con productos desinfectantes para rociar las superficies de los aparatos de teléfono o hasta el despertador de la hospedería en la que se quedan. La ropa de cama, la bañera o los grifos y los asientos de los inodoros son otros de los puntos calientes para los huéspedes con fobia a microbios, ácaros y parásitos, invisibles para los ojos humanos.

"Las fobias son miedos que se van alimentando por el temor y se va desarrollando un comportamiento alrededor de ese miedo. Por eso se puede convertir en un trastorno obsesivo compulsivo", explica la psicóloga Thalia...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR