SUEÑO GRANDE, TEATRO MICRO

Por Tatiana Pérez Rivera

tperez@elnuevodia.com

Virgen Carlota te recibe en el balcón ataviada con un elegante vestido rojo. Solo eso, te recibe. Porque es un maniquí femenino no hace nada más que marcar la casa en la calle San Sebastián donde con éxito comenzó en verano el Microteatro de la compañía La Azotea.

Bueno, otra cosa sí hace. Convive con una madre pintora, Roxanna, y una hija actriz y dramaturga, Alejandra, entre otros hijos que vienen y van, como un camarógrafo, Carlos y una cineasta, Mariem.

Alejandra Ramos Riera es quien nos ocupa ahora. Llamó la atención de la escena cultural isleña tan pronto retornó de España con su novio, Heriberto Feliciano, y comenzaron a replicar la iniciativa del microteatro que conocieron en suelo hispánico e inspiró a la pareja.

Se trata de historias teatrales inéditas, de entre quince y veinte minutos de duración, que suben a escena en la azotea del edificio en el Viejo San Juan donde Ramos ha vivido "desde que tengo uso de razón". El ejercicio teatral resultó un éxito y ahora preparan una segunda temporada.

Que tu casa sea tu centro creativo le parece "pues, una maravilla". "Miraba la gente aplaudir y era como si estuviese alucinando", cuenta desde la misma azotea que ha convertido la puesta del sol, las estrellas y hasta la lluvia en sus aliados de espectáculo.

"Todo es retante por ser micro, la proximidad del público, el espacio -porque todo se nota- así que para el actor el nerviosismo es más. Pero al mismo tiempo estar al aire libre te da cierta frescura", detalla la oferta cultural que compara con "cortometrajes".

Ramos es menuda y tiene una mirada alegre. Ha probado tener una voluntad de hierro al conseguir su espacio en el mundo cultural. Ahora viene lo difícil, mantenerlo.

La egresada de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras -que fue de intercambio a Niza y culminó Maestría en España- proviene de un núcleo familiar de artistas. Los más conocidos, quizás, para el público son su tío, el primer actor Jorge Luis Ramos, y su hermana, la cineasta Mariem Pérez, una de las realizadoras de la cinta Mal deamores.

"Tengo una imagen bien clara de mi tío haciendo Calígula. Yo tenía como tres o cuatro años y la obra tenía momentos bien fuertes. Salí llorando y me tuvieron que llevar rápido al camerino para saber que estaba bien. Él salió y me regaló una flor. Hay una foto bien bonita de nosotros; yo llorando y él consolándome", narra.

Con él actuó en un cortometraje, Ráfaga, (de Michelle Maly...

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