EL SUSPIRO DE LA FELICIDAD

Por Carmen Graciela Díaz. Especial El Nuevo Día

FOTO Por Teresa Canino

Muchos la siguen desde sus canciones con el compositor y guitarrista Pavel Urquiza, pero tras asumir derroteros juntos durante años, en 2011 llegó el momento en el que ambos se lanzarían a tramar proyectos en solitario.

La independencia la probó, y le gusta, tanto que su producción discográfica que salió hace poco al mercado, Derramando luz, es la testigo de esta etapa que, para Gema, es un inicio.

Bajo el sugestivo título, Gema entrega once canciones en las que fusiona el filin, la rumba, el cha cha chá, el jazz, algo de la timba cubana, ryb y música clásica para así rendir homenaje al amor en sus variadas formas y, de paso, invitar a "una fiesta íntima de sentimientos y música", como ha dicho.

El álbum que sacó bajo su sello independiente, GC Music, lo presentó el pasado 16 de enero en Puerto Rico luego de haber pasado varios días en el país que siente como suyo. Ya de vuelta en Miami tiene un gran sabor encima por las alegrías que este disco le deja. "Uno es artista porque uno quiere compartir", expresa la que ha reiterado en otros momentos que se siente sierva de la música, una hija del universo musical.

Sentirse así arrastra unas exigencias que, en el caso de Gema, se muestran en su perfeccionismo que se evidencia en las 300 canciones que revisó para esta producción. "La verdad es que siempre me ha gustado elegir bien lo que voy a cantar, no me gustan los facilismos. No los rechazo, pero me cuesta sacar 70 puntos en un examen si puedo sacar 100", destaca sobre su personalidad exigente con la que le canta a la música.

Para Derramando luz, encontró en las letras de Marta Valdés, Pancho Céspedes, Pedro Luis Ferrer, Julio Fowler, Boris Larramendi, y los integrantes de la agrupación Habana Abierta, Luis Alberto Barbería, Alejandro Gutiérrez, José Luis Medina y Vanito Brown, autor del sencillo Chévere, las composiciones que le "esculpieron" lo que tenía en su cabeza.

Gema no disimula la ilusión que le produce haber contado con el saxofonista y ganador del Grammy, Yosvany Terry, como director musical de este proyecto.

"Mis inquietudes no hubieran llegado a la partitura y a la grabación si no me hubiese unido a Yosvany Terry. Él jugó un papel importante dándole forma a mis inquietudes musicales y artísticas", explica sobre el músico con el que afirma compartir la investigación y el amor por las raíces afrocaribeñas. La vehemencia por investigar no se la puede quitar nadie...

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