T ango en tierras calientes

Por Ana Teresa Toro

ana.toro@elnuevodia.com

Como él, probablemente muchas personas en esta isla se han entregado al abrazo prolongado del bandoneón y voces, de pies que rasgan el suelo y cuerpos que se mueven en un tú a tú constante. Porque, aunque suene muy extraño, en la tierra caliente de la bomba y la plena, del reguetón y la salsa, también hay pasión por el tango y no es una pasión joven, tiene décadas de historia.

Para muestra basta recordar el intento de suicidio de la joven Suncha Gallardo, una veinteañera del Viejo San Juan que no pudo resistir la noticia del fallecimiento de Carlos Gardel en un accidente aéreo en la ciudad de Medellín en junio de 1935, apenas unos meses después de su visita a Puerto Rico en abril del mismo año. La joven no murió, pero su historia sirvió para ilustrar lo hondo que había calado en la Isla la presencia de aquel hombre y su música, que no se olvidó. Así lo documenta Arturo Yépez, seguidor del tema, en un artículo publicado en el 2009 en Tango Reporter,, titulado "El tango en Puerto Rico", quien establece además que ya para principios de 1920 aparecían menciones del tango rioplatense en revistas del país y el sonido se coló, incluso, en una serenata que, en la madrugada del 10 de marzo de 1924, un hombre de nombre Miguel Ángel García Méndez le obsequió a la que sería su esposa. Aquel tango fue "La copa del olvido" de Delfino y Vacarezza y que Carlos Gardel había grabado en el 1921.

Pero entonces, poca gente podía disfrutar de esta música porque solo los ricos podían comprar un fonógrafo. Según cita Yépez del estudio del profesor Antonio Moreno Caldero, "algunos obreros pobres, trabajando en la casa o en el jardín del patrón hacendado, oían embelesados esa música tan rara y luego se lo contaban a otros". Al entrar en la radio, el sonido fue masivo, aunque a muchos padres no acababa de gustarles eso de que sus hijas tararearan esa música que al papá no le gustaba.

Venía a pasar una semana y se quedó un mes. Precisa el mencionado artículo que Coamo era el nombre del vapor que lo trajo a esta Isla el 1 de abril de 1935 a las 5:30 a.m. Miles de admiradores madrugaron para recibirlo en el muelle 1. Cuenta Yépez que entonces muchos hombres se peinaban a lo Gardel, que uno que otro andaba hablando de "vos" y "che", que se puso de moda la fiebre de aprender a bailar tango, y que mucho se habló de sus romances, pero poco se documentó, salvo en el "Querube" de Pedro Flores, donde se hace alusión a "todas las...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR