De tal palo...

Por Carlos Rosa Rosa

crosa@elnuevodia.com

Hoy día, el exdelantero del Equipo Nacional mira con regocijo cómo su hijo le va siguiendo los pasos en este deporte.

Ramón Rivas, hijo, espera debutar este año en el baloncesto colegial con la Universidad de Missouri-Kansas en su año de novato.

"Es algo que me llena de orgullo", confesó Rivas, padre, en entrevista con El Nuevo Día.

"Llegar a este nivel no es fácil. Él ha trabajado duro para lograrlo. Va logrando las cosas un paso a la vez", continuó.

Con 18 años, Rivas, hijo, viene de graduarse de Olympia High School en Orlando.

Allí jugó bajo la tutela del hijo del exmentor del seleccionado boricua, Carlos Morales.

En su último año promedió 16.0 puntos y 8.0 rebotes por juego, llamando la atención de varias instituciones.

Rivas, hijo, optó por Missouri-Kansas, motivado por la llegada del nuevo técnico, Kareem Richardson, exasistente de Rick Pitino en Louisville.

Llegar a la NCAA era el anhelo del joven canastero.

"Este era mi sueño", declaró Rivas, hijo. "El baloncesto es mi vida; es todo para mí. Y quería estar aquí para hacer lo que papi hizo en Temple", abundó.

Rivas, padre, entró al programa de los Owls de Temple en el 1984.

A su salida de la institución, Rivas firmó en la NBA con los Celtics de Boston en la campaña del 1988-89, jugando al lado de Larry Bird, Kevin McHale y Robert Parish.

Solo estuvo un año con Boston, antes de saltar a Europa y brillar en la Liga de España.

Rivas, padre, reconoció que el paso por la NCAA fue determinante en su desarrollo. Y es lo que le enfatiza a su vástago.

"Esa formación universitaria es importante. Ahora mismo, él va a enfrentar el mejor talento de su edad", comentó.

"Lo bueno es que lo veo entusiasmado por la llegada del asistente de Pitino como dirigente del equipo. Encaja bien al estilo de juego que él (Richardson) quiere. Es cuestión que siga trabajando en su desarrollo. Le digo que la ética de trabajo siempre rinde buenos frutos", dijo el también excanastero de los Gigantes de Carolina en el BSN.

Rivas, hijo, es un jugador distinto a su padre. Es menos corpulento. Es un alero, de 6'8" con 185 libras. Su progenitor era un fuerte delantero, de 6'10" y 260 libras.

"Tenemos estilos totalmente diferentes. Juego en la posición tres; brinco más y tiro de afuera. Papi era un jugador de la pintura", reconoció Rivas, hijo.

El padre coincidió con él.

"Mi hijo tiene su propio estilo de juego. Tiene los brazos largos como los míos, por lo que puede defender...

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