Talladora de santos

En sus primeros años como maestra de matemáticas, Raquel Pagani Padilla nunca imaginó que terminaría cortando, puliendo, pintando y transformando pedazos de madera en imágenes de reyes y santos.

Sin embargo, hace unos 25 años ese escenario se hizo posible con una invitación del maestro artesano Luis “Pichilo” Román a una clase de talla en un barrio de Dorado cambió.

“En mi vida había pensado yo en coger un pedazo de madera en la mano. Fui y me encantó desde el primer día. Me gustó tanto que después cogí clases con (el maestro artesano) Luis González en el Convento Jesús Mediador, en Hato Tejas”, recordó Raquel, de 69 años. Sobre el uso de la cuchilla para tallar afirmó que “nunca me dio miedo y nunca me he cortado”.

En esos años, la talla de santos se convirtió en otra válvula de escape para sus destrezas de dibujo, que utilizaba para hacer los escenarios de las graduaciones y otros elementos visuales que se necesitaran en su plantel. “A mí siempre me gustó dibujar, pero en el tiempo mío no había tantas oportunidades de coger clases como hay ahora”, dijo, y destacó que en la talla se necesitan destrezas para dibujar las piezas sobre la madera.

Poco a poco, Raquel fue afinando sus destrezas en la talla y definiendo un estilo propio, especialmente en piezas que la distinguen como la representación femenina de los Reyes Magos, con las Reinas Magas, y un Cuarto Rey que le da la oportunidad de contar la historia de un rey que no llegó a tiempo para honrar al niño Jesús y lo buscó toda la vida hasta encontrarlo en su vejez.

Aunque estuvo certificada como artesana bonafide por la Compañía de Fomento Industrial, no fue hasta que se jubiló, a sus 50 años, que comenzó a ir más frecuentemente a ferias de artesanía. “Ahí es que comienzo a ir a cuanta feria me invitaban y a concursos, incluyendo el del Museo de Arte de Ponce. También me enviaron a Texas dos veces a representar a los artesanos y a Connecticut”, contó sobre su trayectoria de los pasados 19 años.

Para ella, la talla no solo representó el camino para desarrollar su talento artístico, sino que se convirtió en una actividad de aprendizaje y terapéutica, que también le permitió hacer la transición luego de 32 años de trabajo remunerado y generar un ingreso. Pero, además, le abrió la puerta para hacer nuevas relaciones de amistad con sus pares, clientes y coleccionistas.

De esa trayectoria son muchas las anécdotas que recuerda, particularmente una sobre un santo que “me quedó feoooo” y que se...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR