Tapones

Ruth Merino

Desde mi punto de vista, los tapones deben ser analizados como un fenómeno cultural, un ritual que, de vez en cuando, nos permite participar en una actividad que nos hermana.

Aunque no compartí la experiencia de quienes los sufrieron el martes en carne propia, proclamo mi veteranía en estas lides. He sentido el terror de anticipar que mi carro, justamente en ese momento, decidirá calentarse y empezará muy pronto a echar el consabido humito, precursor de calamidades... endemoniadas.

En los tapones me he entretenido a veces, quizás igual que cualquiera, pensando en las cartas que escribiré a las autoridades. Las imagino largas y elocuentes, pletóricas de ingenio e indignación.

Y cuando la parálisis vehicular se ha prolongado y ha puesto a prueba mi paciencia de manera singular, he meditado también sobre los puntos que incluiría en una ponencia con la cual lograría sacudir a la comisión legislativa correspondiente.

Estos pasatiempos, que no le hacen daño a nadie, no me sustraen, por supuesto, de las situaciones propias del tapón. Soy muy consciente, por...

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