'El teatro Es un ejercicio De solidaridad'

Por Ana Teresa Toro .ana.toro@elnuevodia.com

fotos Por Alberto Bartolomei

Ocurrió en la cancha de la Escuela Federico Degetau II de Aibonito. Un niño gordito se preparaba para jugar baloncesto con un grupo de compañeros de escuela. Vestía una de esas sudaderas que dan la impresión de que, en lugar de tela, se utilizó una bolsa de basura. Fue el último en ser escogido para jugar. En medio del juego le tiraron la bola. Temió que la esfera anaranjada lo atacara. Pero la bola rebotó contra su cuerpo hasta el aro. Encestó.

Una nube de pájaros lo agarraró por la sudadera. Lo elevaron por el aire. Un chango le pintó brillo en los labios. Un pitirre le puso un corset y la reinita le cedió su nombre. Fue una gran celebración.

Así, entre la anécdota personal y la imaginación en toda su libertad habita la mente inquieta de Mickey Negrón. "Esa imagen es parte del monólogo 'Ponermickeytarme' que se presentó en el festival Solo Monólogos", cuenta el artista que tiene apenas 23 años aunque su mirada refleje un par de décadas más.

Su nombre ha estado muy presente en la escena artística local durante los pasados años como coordinador y gestor del proyecto artístico "Asuntos efímeros" que convocó a artistas de todo trasfondo cada jueves en la tarima del desaparecido Cabaret en Río Piedras. Piezas que oscilaban desde el circo, hasta el teatro tradicional, pasando por el performance y la danza, entre otras formas de expresión, surgieron en gran medida gracias a su convocatoria. Actualmente, el proyecto continúa operando desde diversos espacios.

Pero más allá de esas noches donde se juntan muchas histerias colectivas, está la historia de un muchacho de pueblo pequeño, que encontró en el arte la materia prima de la libertad.

"Crecer para mi siempre fue una mezcla entre lo alegre y lo doloroso. Cuando mucha gente se está formando yo realmente me estaba deformando. Me daba cuenta de que yo era distinto en el mundo", cuenta Negrón, quien se crió en Aibonito en una familia "de mujeres poderosas que me enseñaron bien lo que es la solidaridad y la entrega, con una abuela que cocinaba las mejores habichuelas", dice. "Me refugiaba mucho en los libros. Siempre me parecieron esos seres con las piernas abiertas que no te pegan cuernos", revela quien de jovencito trabajó como cajero en una farmacia del pueblo y en "la huevera", una empresa local donde empacaba huevos de gallina.

"Esos primeros jefes hoy día son grandes amigos y son los que me han ayudado en momentos para...

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