El teclado de la maestra

Por Luis Rafael Trelles

Especial El Nuevo Día

"Esto es un estudio que no se acaba", dice y señala el teclado. "Todavía me siento y estoy dos horas tocando".

Con una vitalidad impresionante muestra la placa que le ofrecieron recientemente en los actos de graduación del Conservatorio de Música de Puerto Rico. Allí la nombraron profesora emeritus, distinguiendo una carrera que ha estado vinculada a la institución desde sus comienzos en el 1959.

Comenzando una nueva etapa en su jubilación, doña Ceci pasa revista por su trayectoria, que está íntimamente ligada a la de su hermana Luz, que falleció en el 2002. Aprendieron a tocar juntas en su pueblo natal de Utuado y luego compartieron el escenario como el dúo Talavera-Hutchinson, donde tomaban los apellidos de sus respectivos maridos. Así fueron pioneras de una modalidad poco común cuando empezaron: piezas para dos pianos tocadas a cuatro manos.

Su mamá, que también era pianista, enseñó a tocar a las dos hermanas: "Ya tocábamos a cuatro manos desde los 9 años". Doña Ceci hace una pausa para rememorar y añade con una risa: "A veces nos peleábamos. Si Luz me daba un golpe en la mano yo paraba y tenía que venir nuestra madre a intervenir".

La escuela de Utuado fue el escenario donde enseñaba el fruto de su aprendizaje. "Todos los alumnos entraban con marchas que yo les tocaba", expresa.

"En esa época se acostumbraba mucho la cuestión de las actividades culturales en las escuelas. Tuvimos esa oportunidad de practicar lo que estábamos estudiando y de ponernos al día. Sabíamos un repertorio de marchas que eso no había quién lo superara".

Siguió estudiando hasta culminar la primera etapa de su desarrollo con doña Elisa Tavárez, a quien caracteriza como "la maestra número uno, la que desarrollaba pianistas".

Luego de enviudar a los 42 años de su esposo, el médico Dámaso Talavera, doña Ceci formó parte de la primera clase del conservatorio.

"Me entregué. Dediqué todo mi tiempo a titularme. Pude hacerlo porque mis hijos ya estaban en la universidad".

Llevada de la mano del maestro pianista Jesús María Sanromá logró concertar un sueño: oficializar por medio de la academia su conocimiento.

"El Conservatorio había estado en mi mente toda la vida, pero no existía. Para asistir a uno había...

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