Tejido

Yara Liceaga

Donde hubo sangre, vio las formas rebuscadas del mundillo en cuello y muñecas. Encaje hecho de piel y cuidadosamente germinado como la cosecha bizarra de un fruto venenoso.

Por la contorsión de los cuerpos recordó la clase de matemáticas y los quipus. Más que para contar, siempre le había fascinado la idea de un abecedario de tela, palabras hechas a nudo y nudo. ¿Qué mensaje enviaba aquel entramado de piernas con brazos, torsos, cabezas? Aquel enredo parecía una cabellera mal cuidada más que una novela. Imposible leer entre tanta masa, tanto despliegue de líquidos orgánicos y adentros.

Pensó que apenas comenzaba el día y ya se agobiaba con el hecho de que le tocaba buscar a los pequeños a la escuela, darles de comer, decirle a la abuela que les ayudara con las asignaciones y volver al segundo turno. Las ganas de devolver que siempre le acompañaban cuando le...

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