Teletransporte

Yara Liceaga

Eso o estar veinte minutos antes si no es que uno se concentra, aprieta los ojos, se difumina del paisaje y aparece en otro.

Hoy, por ejemplo -o sea, hace unos días-, la marcha de la UTIER llevó a alterar las rutas del trasporte público que transitan la Ponce de León y la Fernández Juncos.

La típica señora que estuvo esperando hora y media en la parada de la Ponce de León y mientras sudaba bajaba para la Fernández Juncos maldiciendo segura de que ya había perdido el turno de la cita, cuando logró montarse en la guagua que se suponía pasara por arriba abajo, nos hizo el cuento de la hora y media y nos dijo más: había más personas esperando al Godot que en nuestro caso son las guaguas.

La señora aseguró que esto no era nuevo, en estos meses se han disparado dos o tres veces la misma maroma: cambian la ruta por la razón que sea y uno se entera por gracia divina.

Otra confirmación de que la planificación aquí vale lo mismo que las monedas de juguete que venden en los puestos de gasolina.

Ahora no me...

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