“Tengo fe en la fuerza del pueblo puertorriqueño”

“Mientras que la pobreza, la injusticia y la desigualdad existan en nuestro mundo, ninguno de nosotros podrá realmente descansar”

- Nelson Mandela

Lejos del foco público, la única mujer que ha logrado alcanzar la gobernación de Puerto Rico sigue apostando por la fórmula de empoderar a los más necesitados para que dejen atrás la dependencia y entierren la autocompasión.

Sigue entregando herramientas para devolverles movimiento a aquellos que llevan años petrificados por su entorno, por miedo o por la vida que les tocó.

Sigue labrando el vasto terreno de la pobreza, pero este cada vez es más extenso. Los pronósticos advierten que sobre el 50% de los puertorriqueños viven bajo esos niveles. A eso se suma que la brecha de la desigualdad entre clases se amplió a niveles profundos tras el paso del huracán María, la situación fiscal del gobierno y una economía en recesión.

De hecho, un estudio de la ONU sobre la desigualdad en 160 países, de hace solo unos años, ya ubicaba a la isla en una grave posición: solo 14 países nos sobrepasaban en la inequidad social.

Es apremiante apretar el paso para provocar el cambio. Hay que convertir esa población en seres productivos por su bien, el de su familia, su comunidad y el país.

Sila María Calderón está convencida de que se puede. Lo ha visto desde el Centro para Puerto Rico. Son las historias de éxito que quiere replicar a gran escala.

“En un país donde la pobreza y la desigualdad se han profundizado a niveles insospechados y vergonzosos, las políticas públicas, al igual que los trabajos del sector privado, deben igualmente pactarse con la equidad como objetivo final. El desarrollo económico, después de todo, no es otra cosa que un facilitador del desarrollo social”, dijo Calderón a El Nuevo Día en una entrevista en la que profundizó sobre la pobreza que se acumula en la isla.

¿Qué es pobreza para usted?

—Es la carencia de bienes materiales, pero más que eso es el sentido de impotencia ante el dolor de la soledad y de la falta de oportunidades. Hay otra clase de pobreza: la insensibilidad del alma ante el sufrimiento ajeno.

¿Somos más pobres hoy o es la misma pobreza que no se veía?

—Somos más pobres al día de hoy porque el huracán, en su paso, destruyó muchos hogares y propiedades. Terminó con muchas fuentes de empleo, como lo es, por ejemplo, la agricultura.

¿Cuál es el nivel de pobreza?

—Puerto Rico tenía una tasa oficial de pobreza de 46% antes del desastre. Al presente, los pronósticos de los economistas sobrepasan al 50% de nuestra población en pobreza. Esto es una gran tragedia. La realidad también es que la pobreza antes estaba escondida en bolsillos urbanos y rurales que no se veían desde las autopistas y carreteras principales. Al arrasar con la vegetación, el huracán dejó a la vista de todos que en Puerto Rico la pobreza es una terrible realidad que moralmente no podemos seguir evadiendo.

¿Dónde pasó el huracán?

—Lo...

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