Terapista con bigotes

Por Tatiana Pérez Rivera

tperez@elnuevodia.com

Las malas llegaron a los 14 años con un súbito diagnóstico de leucemia en el 2001. De ser una estudiante y una entusiasta del deporte pasó a escuchar que si no se trataba, le quedaban seis meses de vida.

"Yo quería vivir así que dije 'qué hay que hacer', rememora los inicios de un tratamiento de quimioterapias que se extendió por dos años en el Hospital San Jorge.

"Cristina Michelle" observa con cautela a su dueña/amiga. "Tú si que sabes cuando yo estoy triste, ah", dice Pesquera luego de recibir a su gata en brazos, "los gatos son como las personas, hay que trabajar su atención. Es más interesante la interacción con ellos".

Y a eso agrega que tienen "un sexto sentido". "Cuando estás triste aparecen", afirma agradecida de la costumbre de su mascota que comparte en el hogar familiar con otra gata, Luna, y con un perro, Bobby.

Entre noveno grado y su año senior la vida de Pesquera transcurrió entre hospitalizaciones, largas estadías en el hogar e ingiriendo medicamentos que devastaban lo malo y lo bueno en su organismo.

"La gata se metía en la cama conmigo -porque el cuerpo lo que me pedía era descansar- y de jugar con ella yo botaba el estrés, me desahogaba. Ella me escucha y yo le cuento las cosas que no le dices a nadie. Lo mejor es que no va a decir nada".

Ver a sus mascotas correteando por la casa la hacía sonreír en sus peores días.

"Si yo dejo caer un brazo, Cristina Michelle se trepa rápido. Cuando yo me sentía mal ella se me dormía en el brazo, o en el pecho, y empezaba a hacer ese...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR