Un verdadero tesoro fílmico

Por Juanma Fernández-París

Especial El Nuevo Día

De primera instancia, el filme aparenta ser una fusión particular de humor negro, elementos surreales y la fórmula cómica clásica de la pareja dispareja. Sin embargo, el excelente guión de Sebastián Borezstein, que está aún mejor como director de esta producción, se va desdoblando con sutileza y delicadeza para revelar un tesoro fílmico que balancea vacas que caen del cielo junto con meditaciones profundas sobre la condición humana y el eterno misterio del destino y las diferentes formas en que se manifiesta.

Al llegar al final queda claro que Boreztein está convencido que todo sucede por una razón particular y que todos, de alguna forma, estamos conectados de maneras más directas de lo que nos imaginados.

Afortunadamente para el publico, este mensaje simple genera varias oportunidades para demostrar cómo el cine puede ser un arte.

Aunque aparenten existir en universos cinematográficos distintos, los encantos de esta cinta son bien similares a los que ha llevado a "The Avengers" a convertirse en un fenómeno mundial. El gran tesoro de "Un cuento chino" son sus personajes y el entretenimiento que generan las situaciones fantásticas que tienen que enfrentar sus personajes.

Un evento surreal y trágico cambia radicalmente la vida de Jun (Ignacio Huang), un joven chino que estaba a punto de comprometerse. La pérdida de su...

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