EL TIERNO CORAZÓN DE UN ZOMBIE

Por Sheri Linden

Prensa Asociada

La baja cuota de sangre y el énfasis en el amor juvenil podría decepcionar a los puristas del género, pero quienes estén a abiertos a la idea del inocente giro de tuerca de la producción se toparán con un filme encantador con una atmósfera poderosa.

Partiendo de una adaptación de la novela de Isaac Marion, el guionista y director Jonathan Levine presenta su producción mejor conceptuada al momento. Su afinidad por historias de jóvenes adultos de perfil bajo que conquistan el mundo (The Wackness, 50/50) se manifiesta nuevamente en la saga de un zombie sensitivo que se enamora de una chica viva.

Nicholas Hoult (About a Boy) y Teresa Palmer (The Sorcerer's Apprentice) protagonizan como R (en realidad no recuerda su nombre completo ni nada relacionada a su existencia preapocalíptica) y Julie.

Una narración de R nos ubica: han pasado ocho años desde que una plaga devastó a la Humanidad. Los "cadáveres", como le llaman a los zombies y de los que él es uno, se alimentan de lo que queda de los vivos. Una mutación más extrema, conocida como "huesudos" se alimenta de lo que sea, incluidos los "cadáveres".

La repugnancia es más sugerida que explícita, mayormente a través de los labios sangrantes de R, quien descubrió que comer cerebros le da acceso a las memorias de su víctima.

Julie es miembro de un grupo paramilitar que defiende la Zona Verde, bastión de los humanos dirigido por su padre (John Malkovich). Su encuentro se da cuando R la salva de ser devorada por "cadáveres" y la ayuda a...

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