A toda hora y en cualquier lugar

Por Marga Parés Arroyo

mpares@elnuevodia.com

Y, para algunos, la frecuencia con que se repiten estos tipos de crímenes fomenta el desarrollo de una sociedad acostumbrada a la violencia, al punto de que la gente se insensibilice e inicie a aceptar y tolerar las agresiones que surjan a su alrededor.

Este podría ser el resultado de un pueblo que día a día tiene que lidiar con actos violentos en su entorno, a cualquier hora del día, en cualquier lugar.

"Por un lado, hay un sector de la sociedad que se ha ido desensibilizando, que ve como normal que esto ocurra, pero hay otro sector que vive en temor, aterrado, que prefiere no salir o solo a ciertas horas, aunque esto pasa a cualquier hora, donde sea", opinó el sicólogo Luis Román.

Sin embargo, según el experto en conducta humana, esto va a conducir a que ambos sectores desarrollen lo que llamó "callosidad emocional", en esencia, carencia de sensibilidad o empatía a las situaciones violentas que vivan y observen a diario.

"Va a llegar el punto en que esto se normalice. Ya para el que lo ejecuta (el acto de violencia) es normal, lo que llaman en la calle el precio justo de la cosa, donde no les importa ni dónde ni cuándo lo hacen", sostuvo.

Según Román, los que perpetúan la violencia son el resultado de Mano Dura Contra el Crimen, una política que implementó la Policía en los años noventa, y de una generación falta de inteligencia emocional, carente de las herramientas adecuadas para resolver los conflictos que se le presenten.

Así arreglan sus problemas de forma impulsiva, por medio de la violencia.

"Mientras tanto, la gente va a seguir saliendo, aunque un tanto aterrada, pero luego se normaliza la cosa. En una semana a la gente se le olvida y quizás salga igual. Quizás dos o tres hagan una marcha y le exijan al Gobierno que haga algo. ¿Qué?, más policías y más seguridad y volvemos a lo mismo, la mano dura", señaló Román.

Para el criminólogo Gary Gutiérrez, cada vez es más habitual que la violencia se exprese en cualquier momento y lugar.

"Por eso cerrar los negocios más temprano es una solución simplista", dijo.

Y, según Gutiérrez, también es peligroso que, por los altos niveles de violencia que se respiran por doquier, la gente entre en pánico y salga menos.

"Eso sería dejar que ocupen espacios públicos los criminales, haciéndolos más oportunos a la violencia", apuntó.

Según el criminólogo, el no poder resolver controversias está desarrollando una cultura de violencia.

"Todo eso crea una...

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