Toque de horror

Hizo mal el Gobernador en eliminar el toque de queda en horas de la madrugada. De todas maneras, no hay actividad comercial, y la escalada criminal aterroriza a la gente.

En la oscuridad profunda, se han desatado verdaderas hordas de salvajes que saben que la vigilancia afloja. El jueves pasado, el dueño de un taller automotriz me relataba la impunidad con que rompieron cadenas y portones en su establecimiento, entraron con una camioneta y se llevaron todas las baterías de los carros que esperaban por reparación. Ese mismo día, al llegar a una farmacia de la avenida Ponce de León, vi que los clientes llevaban sus productos como podían hasta los vehículos: la noche anterior, los ladrones habían arrasado con los carritos de la compra. Un negocio de reparación de relojes, cerca del área, también había sido robado y vandalizado.

No hay economía que aguante, ni tampoco aseguradora que pueda seguir enfrentando la ola de saqueos nocturnos, que creo que el Gobierno trata de acallar inútilmente. El episodio de los carritos de la compra no sale publicado en los medios porque se considera un acto de ratería menor, pero no es menor. Es implacable.

A esto súmense los hurtos de generadores eléctricos...

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