Trabajador de grandes ligas

Por Antolín Maldonado

arios@elnuevodia.com

En eso se convirtió cuando días después de ser escogido por los Astros de Houston en el turno inicial del sorteo de novatos de las Grandes Ligas, firmó su contrato por una bonificación de $ 4.8 millones.

Y es evidente que cuando habló a la prensa estadounidense y dijo que prefería ser comparado con el campo corto de los Yankees, Derek Jeter, por su buen comportamiento dentro y fuera del terreno de juego, Correa estaba hablando en serio.

A solo días de su arribo a la Isla la semana pasada tras concluir una extenuante temporada en su debut en las ligas menores, el joven de 17 años volvió a la carga y no ha dejado de pisar el parque en su natal Santa Isabel.

"Si yo no he salido del parque...", respondió cuando se le preguntó si estaba aprovechando sus vacaciones después de un intenso proceso de preparación para el draft, que comenzó un año y medio antes del 4 de junio.

"Llegué el jueves (30 de agosto), cogí el fin de semana libre, y ya el lunes estaba en el parque", dijo al finalizar el jueves el conversatorio que tuvo junto al lanzador de Triple A, Hiram Burgos, para sus excompañeros de la Puerto Rico Baseball Academy y High School. "Anoche mismo (miércoles) estuve en el parque hasta las 10:00 de la noche".

Ese afán por el trabajo tiene una explicación, a pesar de que tuvo un agotador primer mes de temporada en la Liga de la Costa del Golfo en Florida, donde llegó a jugar con temperaturas de 100 grados, en jornadas que se extendían de 8:00 de la mañana a 5:00 de la tarde en el parque.

La explicación es que el béisbol está impregnado en la sangre y el ser de Carlos Javier. Sus padres dan fe de eso, y el compromiso de su hijo con el entrenamiento no les sorprende porque lo vivieron.

"Como madre, en un momento dado, tuve una preocupación, y era que todo a su alrededor era pelota. Le dije a su padre, 'Carlos tiene que conocer otras cosas... ambientarse en otro terreno, porque todo es béisbol, béisbol'...", recordó Sandybel Oppenheimer, la progenitora del joven.

"Él (su esposo) me decía, tranquila, porque eso es lo que a él le gusta. Yo me preocupaba porque quería que tuviera una infancia como los otros nenes".

Sin embargo, Carlos Javier no nació para ser igual a los demás. Y sus padres lo comprendieron en el proceso.

"El papá me decía, 'a él le gusta, y él lo está pidiendo (béisbol). Yo me voy a sentar un ratito, y lo verás halándome porque quiere ir a jugar'. Y así fue. Ahí fue que me convencí", dijo...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR