Trabajó hasta el final

Por Patricia Vargas Casiano

pvargas@elnuevodia.com

Afirmó el actor mexicano Julio Alemán en una de sus últimas declaraciones a la prensa mexicano. Quizás presagió el triste final, que llegó el pasado miércoles a los 78 años, tras una larga batalla contra el cáncer del pulmón.

Al galán de más de un centenar de novelas e igual cantidad de películas se le cumplió su deseo; murió admirado por su público, y trabajando con pasión en una carrera que se prolongó por 55 años. Sin embargo, su formación fue como ingeniero textil agrónomo, profesión que abandonó para entregar su vida entera al arte.

Siempre con deseos de seguir actuando, Julio Alemán participó en la obra "Perfume de Gardenia" hasta hace unas semanas, cuando se agravó su salud, y a pesar del deterioro físico que mostraba.

"No es por necesidad (trabajar), es más como una terapia ocupacional que me ayuda a sentirme mejor", dijo en una entrevista al periódico El Universal de México y añadió que actuar lo hacía sentirse vivo y que no le daba vergüenza decirlo.

Desde héroes y villanos hasta el dulce compañero del "Topo Gigio", su galanura y su voz eran un atractivo más a su talento.

Julio Alemán fue muy admirado también en Puerto Rico al compartir carrera con uno de nuestros grandes actores, Braulio Castillo, padre.

"Julio Alemán y mi padre fueron amigos, y siempre lo recuerdo como uno de los grandes galanes de Latinoamérica junto a papi. Tuvieron carreras paralelas, siempre los vi como dos correligionarios. De hecho, acompañó al "Topo Gigio" (en la producción...

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