Trabajo y placer

Por Peter Owen Nelson

Especial para ESPN.com

Es aquí donde Pacquiao, de 31 años, se prepara para su enfrentamiento del 13 de noviembre en el Dallas Cowboys Stadium por el título vacante del peso mediano junior del CMB contra Antonio Margarito (38-6), quien será el oponente más alto y pesado que el campeón de siete divisiones jamás ha enfrentado. El régimen de Pacquiao para la pelea no es menos intenso que el de sus anteriores 56 encuentros: en un solo día ingiere 7,000 calorías en seis comidas, hace 14 rondas de trabajo de guante con el entrenador Freddie Roach, hace unos cientos de abdominales y luego, antes de acostarse, juega un poco de baloncesto en toda la cancha.

Antes de cada sesión de entrenamiento, Pacquiao (51-3-2) sonríe cuando sube al ring elevado, pensando en la forma de tortura mental que va a probar con él su entrenador de fuerza, Alex Ariza, el supervisor de la tortura física de los ejercicios isométricos y los trotes al amanecer de Pacquiao. Mientras que Ariza asiste al combatiente con su estiramiento, Pacquiao lo mira y finge llorar: "¡Ay mamá! ¡Ay mamá!", mientras Ariza rechina los dientes.

El 27 de septiembre, en su primer día de entrenamiento en Baguio, Pacquiao le pidió Ariza que se hiciera un tatuaje de un meteoro en el antebrazo izquierdo. Ariza rechazó la petición, diciéndole: "Mi mamá me mataría". Desde entonces, en los estiramientos Pacquiao no ha dejado de burlarse.

En cambio, es el antebrazo izquierdo de Pacquiao el que luce el tatuaje de un meteoro y la marca Nike ha hecho camisetas en conmemoración para el equipo de Pacquiao (una banda de cocineros, ayudantes, pegotes, asesores, amigos de la infancia, personas que trabajan mucho y otras que no tanto). Pacquiao le ofreció recientemente a uno de sus asesores, Joe Ramos, $ 20,000 para hacerse el tatuaje, lo que llevó a Ramos a comunicar a Pacquiao por teléfono con su esposa, que, al borde de las lágrimas, le suplicó al campeón que cediera en su pedido. Ella tuvo éxito... por el momento. La negativa de Ariza fue un contratiempo, muchos miembros del equipo de Pacquiao ofrecieron sus brazos para el tatuaje. Si la camiseta con la cara de Pacquiao es un símbolo de la idolatría, el tatuaje es uno de lealtad suprema. Se trata de una hermandad de tinta en las Filipinas, desde su entrenador asistente en Baguio hasta su jefe de seguridad en Manila y un alcalde de una localidad de la provincia de Sarangani, el distrito que Pacquiao ahora representa en el Congreso.

La...

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