Transformados por el dolor

Por Osman Pérez Méndez

osman.perez@elnuevodia.com

"Las calles son de nosotros, no son de los delincuentes. Y si nosotros cooperamos con la Policía, yo estoy seguro de que Puerto Rico va a ser mucho mejor de lo que somos ahora", dice don Carlos Negrón, padre de Karla Michelle Negrón Vélez, quien a sus 15 años resultó mortalmente herida por una bala disparada al aire en la despedida del año 2011, y murió días después en el hospital.

Los 13 días de agonía en el Centro Médico de Río Piedras, en los que poco a poco se extinguía la vida de Karla Michelle, también unieron a miles de personas en un reclamo contra la criminalidad, y terminaron convirtiendo a sus padres en una especie de activistas en favor del cese de la violencia.

"Nosotros somos el pueblo, nosotros somos Puerto Rico. La policía son poquitos y nosotros somos muchos. Tenemos que hacerles saber a estas personas que las calles de Puerto Rico son de nosotros. Que podemos caminar por las calles sin ningún temor, estar en nuestras casas sin ningún temor. El 31 de diciembre de cada año, celebrarlo dándole gracias a Papito Dios, a nuestras familias, a nuestras esposas, nuestros hijos, nuestros familiares. No hay que disparar al aire, en ningún momento del año, nunca", insiste Negrón, quien confía en que el mensaje de sus campañas y caminatas cale en la mente de los miles de niños que han participado de las mismas.

"Gracias, primero que nada, a Papito Dios, que nos ha dado la fortaleza, hemos ido poco a poco, día a día, pasando todo esto que ha sucedido", dijo Negrón, quien atendió a este diario en su modesta casa de Villa Palmeras, donde fuimos recibidos por dos nuevos integrantes de la familia, los perritos Michelo y Randy.

Negrón confiesa que no ha sido nada fácil para la familia habituarse a la ausencia de Karla Michelle, cuyo espíritu, sin embargo, se nota presente en cada lugar de la casa, empezando por la calle donde está enclavada, que fue rebautizada con su nombre, hasta el cuadro con su figura de bailarina en traje blanco frente al mar, que ilumina la pared principal de la sala.

"Ha sido fuerte para todos", dice Negrón, quien opina que las hermanas de Karla Michelle "aún no han botado el golpe. Especialmente la pequeña, Laurita, que era la más apegada a ella, porque vivían juntas. Laurita y Karla siempre estaban juntas, una velaba por la otra".

"Gracias a todo el apoyo, de Papito Dios, de toda la ciudadanía, de nuestra iglesia, la Sagrada Familia de Llorens, y de nuestra familia...

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