El TrAnSpOrTe De La FoRtUnA

Por K.B.

Mi padre, un auténtico profesional de la centavería -con toneladas de tubos de pesetas, vellones, chavitos de diez y perritas siempre a la espera del papelito que los agrupa para llevarlos al banco- temblaría de miedo ante semejante portento de la carrocería.

Andábamos por zonas truculentas y sabrosas de la ciudad cuando nos topamos con el vehículo que hoy nos inquieta. Cientos -quizás un par de miles- de centavos, perfectamente alineados adornan un carro que, a no ser por eso, pasaría por un Ñiángara GT de la vida y a mucha honra. Pero el despliegue centaval y el detalle de las letras -hechas también de centavos- que leen: Chavito; atentan contra la lógica de los asuntos automovilísticos.

Para empezar, un carro es una de las peores inversiones que se puede hacer en la vida. Claro, más allá de lo lógico, un carro empieza a depreciar tan pronto el bonete se asoma medio metro fuera del punto de venta. Cuando el baúl ha salido por completo ya vale un par de miles menos. Claro no hay manera de tener un carro...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR