Tras los pasos de Jordan

Alberto C. Medina Gil

alberto.medina@elnuevodia.com

A mitad de campaña, Rose es uno de los candidatos principales al galardón. Sus promedios de 24.9 puntos, 4.4 rebotes y 8.2 asistencias por juego lo colocan en la elite entre todos los jugadores de la NBA. Su estilo de juego agresivo, con penetraciones explosivas y maniobras acrobáticas para burlar a la defensa y encestar alrededor del aro lo distinguen entre otros armadores.

Y su desempeño en las postrimerías de partidos cerrados habla bien de sus dotes como superestrella capaz de conducir a su quinteto al triunfo.

Pero, más allá de todo eso, Rose ha sido el Jugador Más Valioso por la manera en que se ha echado a los hombros a un equipo que está tercero en la Conferencia del Este y tiene el quinto mejor récord (38-16) en la NBA, a pesar de las lesiones sufridas por jugadores claves.

Carlos Boozer, quien llegó a Chicago vía agencia libre para ser el anotador en la pintura que tanto necesitaban los Bulls, se perdió el primer mes de la temporada y Rose mantuvo a flote al equipo con foja de 9-6 en los 15 partidos que el delantero estuvo fuera de acción.

Dos semanas después del regreso de Boozer, se lesionó Joakim Noah, quien promediaba 14 puntos con 12 rebotes por juego y es el ancla defensiva y pilar emocional del quinteto. En los 30 partidos que se ha perdido Noah luego de someterse a una cirugía en el pulgar derecho, Chicago tiene marca de 22-8.

Quizás aún más impresionante es la manera en que Derrick Rose ha guiado...

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