Tras una política energética
Por Gerardo E. Alvarado León
galvarado@elnuevodia.com
Nacido en un hogar donde "se vivía con lo básico; sin ningún tipo de lujo", Alicea Flores creció como un niño que cosía tabaco junto a sus hermanos hasta convertirse en un ingeniero mecánico que antes de completar su bachillerato ya tenía trabajo en la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), corporación pública que preside desde enero pasado.
Hoy, a sus 53 años, reconoce que sobre sus hombros carga una responsabilidad pesadísima: reducirles el costo energético a todos los puertorriqueños. Es consciente, sin embargo, de que ese tema se ha convertido en la promesa favorita de los políticos de turno.
Así las cosas, sabe que si las facturas de luz no empiezan a llegar más bajas próximamente, la ciudadanía, el tiempo y la historia pasarán juicio sobre él.
Desde la que algún día fue su oficina en la central Palo Seco, entre Cataño y Toa Baja, Alicea Flores conversó sin prisa con El Nuevo Día, ocasión que aprovechó para reseñar el que espera sea su principal legado como director ejecutivo de la AEE: promulgar una política energética de país.
Ingeniero, ¿dónde nació y cómo fue su infancia?
Yo nací en el barrio Borinquen Atravesada, en Caguas, hace 53 años. Mi papá era agricultor y mi madre era ama de casa. Vengo de una familia muy humilde.
¿Cómo recuerda sus primeros años de vida?
Fueron muy felices, pero con condiciones económicas bien apretadas. Uno vivía como podía con lo poco que se tenía. Lo más importante que recuerdo son las muchas veces que los vecinos nos ayudábamos mutuamente. En casa no había televisor y nos juntábamos por la noche a coser tabaco. Todos los vecinos eran agricultores y, aunque fueran competencia, se ayudaban mutuamente.
¿Donde cursó sus primeros estudios?
Estudié en la escuela pública de mi barrio hasta sexto grado y luego pasé a las escuelas del pueblo (de Caguas). Estudié hojalatería y pintura en la Escuela Superior Vocacional República de Costa Rica. Las mismas maestras de la (escuela) vocacional sembraron en mí la semilla de continuar estudios universitarios.
¿En qué universidad estudió?
Fui el primer estudiante de mi escuela superior en ser aceptado al programa de ingeniería del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) de la Universidad de Puerto Rico.
¿Y por qué ingeniería?
Realmente, las maestras tuvieron mucha influencia. Era bueno en ciencias y matemáticas. Como ya había cogido un curso técnico, me decidí por la ingeniería mecánica. Las maestras me ayudaron...
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