Tras el voto boricua en Florida

Por José A. Delgado

jdelgado@elnuevodia.com

"Aquí es donde se va a dar la lucha campal", dijo, desde la zona de Orlando, el líder sindical José La Luz, quien ha sido asignado por la central sindical AFL-CIO a trabajar en la movilización de electores de la Florida central.

La semana pasada, los republicanos y demócratas comenzaron a mostrar las cartas de su estrategia hacia la zona central de ese estado, que reúne a cerca de 500,000 boricuas, de un total de 850,0000 de personas de origen puertorriqueño que el Censo federal calcula que viven en Florida.

Los estimados son que dos de cada tres boricuas de la Florida se identifican como demócratas. Pero, cerca de un tercio del electorado prefiere registrarse como independientes, lo que convierte a esos electores en la joya de la corona del voto flotante hispano del estado más importante entre los que pueden decidir las elecciones.

Los boricuas son ahora el segundo grupo de electores hispanos más grande de Florida, después de los cubanos, pero las expectativas son que se convertirán en la principal minoría durante la próxima década.

"Somos el grupo étnico que crece en el estado", dijo Betsy Franceschini, puertorriqueña que desde hace más de un año es la encargada de los asuntos hispanos del Comité Nacional Demócrata (DNC) en Florida.

Franceschini, sin embargo, reconoce que por alguna razón un segmento importante de demócratas boricuas que se relocalizan en Florida después de haber vivido en estados como Nueva York e Illinois, en su nueva casa se declaran independientes.

"Para nosotros es importante promover con fuerza la agenda del presidente Barack Obama y la asistencia que le ha dado a Puerto Rico", dijo Franceschini.

En 2008, Obama obtuvo el 67% de los votos hispanos a nivel nacional en Estados Unidos, pero en Florida su margen sobre el senador republicano John McCain se redujo al 57%.

Los demócratas resaltan, entre otras cosas, la posición neutral de Obama en torno al status, el nombramiento de Sonia Sotomayor al Tribunal Supremo de Estados Unidos, el apoyo que le dio a la economía de la Isla con los fondos de la ley ARRA de 2009 -que suman $ 7,200 millones- y la asignación que autoriza la reforma de salud federal, que representa $ 700 millones adicionales anuales para Medicaid y que se utilizan para financiar gran parte del plan de salud gubernamental del gobierno boricua.

Los republicanos boricuas, por su parte, están encantados con el apoyo incondicional que la ha dado Romney a la...

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