Trato especial en 50 minutos
Por Keila López Alicea
keila.lopez@elnuevodia.com
"Vengo a hacer el proceso de registro, ¿qué debo hacer para conseguir servicios de Educación Especial?", preguntó el recién llegado. No hizo falta que Román Meléndez se identificara como el secretario de Educación designado para que el empleado José Meléndez se pusiera nervioso: al alto funcionario lo delataban las cámaras de El Nuevo Día que lo seguían y los cuatro ayudantes que lo acompañaban.
En medio de la hilera de sillas acojinadas, la mayoría vacías, las cuatro mujeres apenas sonrieron cuando el grupo interrumpió el letargo. Tres tenían cita, pero la cuarta llegó en otra de sus gestiones para que un centro Head Start acepte a su hijo con condición especial.
La oficina, amplia y cómoda, está arrendada desde hace cuatro años. Pero el día de la visita del secretario no funcionaba la escalera eléctrica que lleva del primer al segundo nivel del edificio Cobian's Plaza, en Santurce.
El empleado Meléndez detalló al secretario uno a uno los documentos que debe presentar en la solicitud inicial de servicios para el menor. El secretario dijo que buscaba servicios de terapia de habla para un estudiante de sexto grado. Fue atendido inmediatamente por ser el único "cliente" haciendo esa gestión.
"La cita para la evaluación y para determinar elegibilidad se dan dentro de los próximos 30 días", dijo el empleado, como quien ofrece información rutinaria.
"¿Pero para cuándo me darán la cita, qué día?", cuestionó el secretario.
Después de varios minutos, el diálogo no progresaba. No se asignó la fecha para la próxima cita, pero al "caso" del secretario se le dio un trato distinto del que suelen recibir los hijos de vecino: llamaron a la facilitadora docente que ese día estaba a cargo del Centro de Servicios, de forma interina.
Durante los cinco minutos que tomó el intercambio entre Román Meléndez y el empleado de la recepción, dos de las cuatro madres que esperaban fueron llamadas al interior de la oficina, donde decenas de cubículos y oficinitas convierten las entrañas del centro en un laberinto de paredes grises y blancas.
Mientras, la directora interina, Maritza Hernández, aseguró a Román Meléndez que los padres que llevan los documentos requeridos salen de allí el mismo día con una cita. El secretario insistió en concretar su cita de seguimiento y de inmediato apareció el libro de citas.
Diez minutos después de su llegada, el secretario tenía una cita para dos días después, a la 1:00 p.m., para la...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba